Liesl entró en la cafetería y se dirigió al mostrador. "Quiero un mocha grande, con leche entera, un extra de café expreso y un extra de crema batida, por favor."
Una cálida voz resonó en el calor del cuerpo del hombre inclinándose para susurrarle al oído, "te gustan las cosas cremosas. Bueno saberlo."
Ella se rió ante la voz coqueta y giró la cabeza ligeramente para encontrarse con los ojos oscuros en los que había estado fijándose los últimos días. "Isaías, qué gusto verte de nuevo en persona." Observó ansiosamente dicha persona de pies a cabeza.
"Te puedo hacer ver mi carne por completo," bromeó audazmente. "Trae la crema batida. Pero no el café caliente. Podría quemarme. No me gusta el dolor."
Ella rió cuando él guiñó un ojo y pidió un café n***o grande y luego pagó por l
