CAPITULO 16 POV AINHOA. Muchos minutos o quizás horas después, la verdad es que yo ya no sabía ni siquiera la hora que era, no tenía forma de salir y eso que había intentado hasta desarmar la cerradura de la puerta y quitarla, estaba como incrustada en la lata de la puerta. Yo incluso había pensado en romper la puerta si está fuera de madera, luego la pagaría, pero me llevé una muy grande decepción cuando noté que la puerta era acero sólido. ¿Quién le pone una puerta de acero a un baño? ¡Era el colmo! Me dolía incluso la garganta de tanto gritar pidiendo ayuda, nadie había por allí, nadie pasaba por la oficina, ni siquiera el guarda de seguridad y vaya que yo había hecho ruido incluso golpeado la puerta con moneda como si fuera el timbre. Me habían encerrado de lo lindo. Y cada