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Corría despavorida por todo el colegio, alguien se había enterado que ella era la Luna del Alpha y solo la querían eliminar, desaparecer del mundo existente, no sabía qué hacer. Se sentía mal por ser débil ante las personas que la rodeaban en ese lugar, se había vuelto un lugar demasiado difícil para ella, pero no se lo decía a nadie.
No quería ni que su Daddy lo supiera, sentía que los demás tenían demasiados problemas como para prestarle atención a ella con ese mínimo problema. En los últimos meses continúo tratando de dejar su temor por los chicos, y siempre daba pasos hacia atrás cuando avanzaba. Ross y Joe, han sido los únicos que se han vuelto sus mejores amigos, su amistad con Luke terminó cuando descubrió que estaba aquí solo para hacerle daño a ella.
Eso le rompió el alma, confió en él por un tiempo y en verdad le gusto el no haber confiado de todo en él.
Y ahí se encontraba atrapada en un pino, se había vuelto experta en escalar y eso lo aprovechó, estaba en un punto alto del pino gritando asustada, pensó en Izzy ella se había transformado en el gimnasio donde la empezaron a atacar, la estaba defendiendo, pero Izzy no estaba ahí.
Si algo le paso se sentiría realmente mal.
Pensó preocupada.
— Baja, Lunita, baja. — Tragó duramente, cerró sus ojos negando. — Oh, no bajaras. — Abrió sus ojos con miedo mirando hacia abajo, varias lobas que ayudaban a la líder de porristas comenzaron a patear el árbol.
— Para antes de que te envíe a la antártica. — Soltó un suspiro, ese era James y se sentía más aliviada.
— Ja, no es tu asunto. Tu primita es una perra, tanto se escondió al Alpha que de seguro ya se lo tiro, por eso la golpiza que me dio en el maldito campamento. Maldita zorra. — Eso enfureció de cierta forma a Zoe que sin dudarlo cálculo en donde caía golpeando a esa chica que la tenía un poco fastidiada con su cuerpo completo.
Se levantó como si nada, y rápidamente saltó nuevamente agarrando del cuello a esa rubia teñida que tanto comenzaba a odiar, James miró los ojos de Zoe aterrándose un poco por lo que veía, esos ojos mostraban lo mismo que Benjamín cuando estaba por matar a alguien.
La rubia teñida se quedó sin respiración cuando Zoe la agarró con fuerza del cuello alzándola mientras se incorporaba lentamente, nadie estaba metiéndose en la pelea todos miraban con terror a esa pequeña luna que no aparentaba tal fuerza.
— Zoe. — Soltó a la chica y sonrió dulcemente, giro su rostro viendo a su Alpha y corrió a esos fuertes brazos que siempre terminaban siendo almohadas para ella.
— Mío. — Murmuró saltando a sus brazos. Su Alpha la cargo con una sonrisa, miró como él miró a James y este rápidamente desapareció junto a esa chica que le caía mal.
— ¿Te has portado mal?
Negó con ternura.
— No, me he portado bien. — Se alejaron lentamente de todos sin dejar de mirarse ambos a los ojos. — Siempre me porto bien, Daddy. — Susurro discretamente solo para Benjamín.
— Zoe.
— No, soy tu princesa. — Se cruzó de brazos.
— Princesa, te portaste mal. Te han suspendido, cariño. — Negó lentamente Zoe, soltó un suspiro antes de sonreír, le gustaba saber que no iría al colegio por un largo tiempo.
Estaría con su Daddy.
— Lo bueno es que estaré más tiempo con mi Daddy. — Paso sus brazos por el cuello de Benjamín, ladeo su rostro un poco, Benjamín le pidió un beso en los labios y ella tímidamente se acerco dándole un rápido pico en los labios.
— Mmm, creo que te mereces un castigo. — Mordió sus labios negando ante los ojos de Benjamín.
— La última vez que no quise ir al museo por ser un viaje de una de mis clases me castigaste, no me gustaron esas nalgadas. — Negó con un puchero recordando como le dolían sus pompis.
— Mmm, ¿en serio? — Miro a Benjamín jugar con sus cejas, alzándolas divertidamente.
Tenía que ocultar que de cierta manera le habían gustado un poco, era un castigo que a la vez le dolía, pero le gustaba. Tenía que aceptar que como él dijo una vez, algunos castigos los disfrutaría.
— Si, duele.
— Entonces qué castigo podría darte. — Negó lentamente. — Cinco nalgadas por andar peleando.
Gruño.
— No, Daddy, no. — Juntó sus manos pidiendo, rogándole porque no hiciera eso, siempre que le daba nalgadas sentía su interior contraerse y eso solo le recordaba todo su pasado.
— Solo por esta vez.
Sonrió aplaudiendo, se puso el cinturón después de que Benjamín la dejará dentro de la camioneta. Se cruzó de brazos mirando con detenimiento cada paso de su Alpha, cuando entró por la puerta del copiloto, giro su rostro hacia otro lado jugando con los cambios de humor de su Alpha.
En ese último largo año lo había conocido mejor, algunas cosas le sorprendieron, pero pensaba que era algo buena ya que se sentía más segura a su lado.
— No se lo digas a mi mamá. Volverá y querrá poner esto de excusa para decir que no eres algo bueno para mi, soy tu destinada, se supone que tu eres lo mejor para mi.
— Bebé, no me conoces del todo. Y hay cosas que aún pueden llegar a asustarte. — Sintió un suave frío en su espina dorsal y se quedó en silencio por un largo tiempo.
Miró con atención su alrededor, soltó un suspiro antes de girar su rostro para darse cuenta que Benjamín la miraba de un momento a otro. Se sonrojo sin pensarlo, eso le parecía algo lindo y que solo él hacía con ella cuando estaban solos.
Eran novios, y ahora que todos saben eso no iba a ocultarlo. Tampoco se lo ocultaría a su madre, que ahora quería pasar el mayor tiempo con ella, y la entendía, ahora que no tenían un infierno con una persona maligna a su lado quería disfrutar mejor la experiencia de ser madre sin ser golpeada o ver como ese hombre destruía a su hija.
Cuando ella se enteró que su Benjamín fue el que mató a su padre bromeó sobre la situación, merecía vivir lo que les hizo vivir a ella y a su madre.
— Quiero un helado, por favor. — Miro con ternura a Benjamín, el cual complacido con ese hermoso gesto asintió. Zoe sabía que su Daddy caía con facilidad a sus tiernas miradas, lo había escuchado hablar con Rich y él dijo que le encantaba los ojos azules que ella tenía y cómo lograba enamorarlo más con sus tiernas miradas.
Aparte, escucho muchas otras cosas, pero no le presto mucha atención Rich a veces tenía una conciencia mal pensada. Y cada cosa que él decía siempre tenía un doble sentido.
— ¿Vainilla?
— Vainilla, por favor. — Pasaron por el autoservicio de un local de comida donde vendían helado, compro un cono para ella. Zoe lame el helado con una sonrisa, sabía que tenía que disfrutar ese momento antes de llegar a casa.
Esas nalgadas estaban a la vuelta de la esquina.
— ¿Te portaras mejor? — Ella asintió sin mirarlo prestando más atención al helado en sus manos que a su Daddy. Al escuchar un gruñido animal giró su rostro y volvió a asentir mirando a Benjamín con completa atención.
— Lo siento. — Murmuró volviendo su vista a su helado.
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Fue la primera en salir corriendo cuando llegaron a su casa, subió corriendo las escaleras para esconderse debajo de sus sábanas. Cerro la puerta de su cuarto y se escondio rapidamente debajo de la cama, escuchó los pesados pasos de él y suspiro.
— No, por favor. — Susurro asomando su rostro, miró suplicante a Benjamín él que estaba serio.
— Princesa, no hagas enojar más a Daddy. — Asintió, gateo en la cama poniéndose boca abajo en el regazo de Benjamín. Cerró sus ojos apretando sus manos cuando él subió un poco su falda, de algún punto le daba vergüenza que su ropa interior tuvieran figuras infantiles.
Algunas prendas que tenía eran de encaje, pero no se sentía bien usando eso aún. Se incomodaba que cuando él le diera nalgadas se riera o algo por el estilo por usar ese tipo de ropa que a veces suele ser provocativa.
— Cinco nalgadas. — Zoe asintió.
Las nalgadas empezaron una por una, trataba de contener ese revoltijo en su interior que se oprimía en su vientre. Cerró sus ojos con fuerza mordiendo su labio, le encantaba sentir eso. Era una sensación extraña recorrerla cuando terminaron las nalgadas.
— No vuelvas a pelear ¿entendido? — Soltó un suspiro antes de asentir.
— Ella me provoco, dijo que era una... zorra. — Murmuró lo último, era algo que no le gustaba decir enfrente de su Daddy. — Y que de seguro ya me acosté contigo, también que era fea y estúpida para estar a tu lado. Yo no se la iba a dejar fácil.
— ¿Estuviste celosa?
— Si. — Miro la sonrisa brillante de Benjamín y sonrió, a veces le sorprendía la facilidad con la que él sonreía. Lo abrazó con fuerza sentándose en el regazo de él, en el que antes estaba acostada boca abajo.
Jugó con el cabello de Benjamín con una sonrisa grande, su Daddy agarro su rostro haciendo que su mirada se centrará sólo en él. Sintió un sonrojo en sus mejillas y se sintió nerviosa de la nada.
Sus rostros se acercaban en cada segundo, bajo su vista a los labios de él y sus mejillas tomaron un tono más rojizo. Los labios de Benjamín comenzaron a besarla y ella torpemente los seguía, sentía su corazón latir con fuerza mientras recibía caricias en sus mejillas.
El reloj inteligente que tenía en su muñeca hacia un sonido exagerado, su pulso subía mientras los segundos pasaban, las caricias se sentían de lo mejor para ella mientras era besada con profundidad por Benjamín.
— Daddy...— Balbuceo. — Debemos de parar. — Recordó la última vez que casi la desnudaba y... no quería pensar que pasaría más allá. Termino llorando, esos recuerdos aún la atormentaban desde lo más profundo de su ser esos recuerdos siguen presentes.
Aún cuando su psicóloga la "hipnotizaba", podía recordarlos.
— Esta bien, te dejaré para que te cambies. Magda y mi abuelo vendrán hoy, puede que también James y Brooke, ya sabes quedó embarazada y ahora Magda la incluye más en la familia. — Asintió con los ojos cerrados disfrutando de las caricias de su Daddy. Cuando se detuvo gruñó en protesta.
— Daddy, ¿puedes seguir mimandome?
Hizo un puchero ante la atenta mirada de él. No quería alejarse de él, el tiempo estando en el colegio se le hacía demasiado largo como para ahora alejarse de su Daddy.
— Esta bien, solo por unos minutos. Necesitas bañarte y cambiarte para estar fresca. — Volvió asentir con una sonrisa, Benjamín se recostó en la cama y la abrazó a él comenzando a acariciar a su Luna.
Dándole suaves caricias en su cuerpo. Se sentía relajada en ese momento y solo se dejo llevar teniendo una sonrisa en su rostro, se sentía especial por tener ese momento solo con él.
Solo con él se sentía así y no creía que fuera solo por ese estúpido lazo.
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