Impresionada por la actitud de su hijo, Brigitte se toca el pecho con su mano derecha, y luego trata de tranquilizarlo diciéndole: — Hijo, tú eres un hombre de negocios y también político, no es bueno que estés dando estos espectáculos así, de muestra que no escondes nada y deja pasar a la policía. — No te metas en esto mamá, aquí nadie va a entrar. De inmediato, Demetrio cierra la puerta y frente a la policía le dice a su mamá: — ¿Quieres que te acompañe hasta la casa? — No, yo vine en mi vehículo. Los dos policías se hacen los locos ante este acontecimiento, y reportan en la estación una total tranquilidad en la mansión Barrio Montmartre, Natalicia encuentra a hija destrozada y llorando sin control, y la abraza diciéndole: — ¿Qué fue lo que te paso?, dime… ¿el desgracia