Fruncí el ceño escuchando como Eloy no paraba de quejarse, levante la vista de mi libro y lo observe. —Hace tres semanas no me acuesto con alguien. —Siempre puedes usar a tu amiga Manuela. —¿Manuela?— Pregunto Selin con el ceño fruncido. Asentí— Manuela— Hice un gesto con las manos. Esta vez ambos me miraron sin comprender. —¿Apuñalar el gato? ¿Halar el ganso? —No sabemos a qué te refieres, Lelei. —Olvídenlo, y no me digas Lelei, Eloy. —Pero ese es tu nombre. —Ya quisiera que no fuera asi. —¿Por qué les pusieron asi? Piña, Asia, Isla y Lelei. —No sé— Me encogí de hombros— Cuando les pregunto evaden el tema o me ignoran. (…) Me sente al lado de Kian, esperando que dijera algo. —¿Qué quieres? —Abigeil Wood. ¿Quién es? —¿Por qué debería decirte eso? —Porque si no me lo dices