Entre en la habitación con unas ojeras enormes, volteé hacia la cama de Selin y la pude ver dormida con una sonrisa en el rostro, maldita.
De seguro se la paso muy bien toda la estúpida noche, yo por mi lado tuve que aguantar los ronquidos de Nois y agrégale los descuidos de Eloy, el muy imbécil me toco un pecho.
Suspire, en una hora debo estar en el auditorio para empezar a armar la obra y verificar que nada falte.
Camine a mi armario y lo abrí, debatiendo sobre que ponerme hoy.
Podría usar el suéter que dice, “No hables conmigo” para que nadie hable conmigo. Si, podría usar ese. Pero lo use ayer ¿Qué hace aquí?
—No sabía que te demoras tanto para escoger algo— Dijo la voz de Selin.
—Siempre lo hago en la noche, para no estar en esto por la mañana, pero dado que anoche estuviste com
