Ahora Weintraub había configurado la distancia muy distinta de los 437 micrómetros necesarios. Había extraños con ellos, los dos técnicos y el ingeniero, y a pesar de que el inductor todavía no estuviese funcionando y el generador no estuviese regulado para el Intercambio, no quería correr el riesgo de dejar ver algún efecto inesperado a los observadores accidentales.
Los retículos estaban construidos como una matriz de células, cada una con su propio motor para la calibración de su posición. El programa de Weintraub, entre otras cosas regulaba automáticamente esos motores para conseguir una distancia uniforme entre las dos caras del retículo de ionización.
A medida que los cien motores de calibración acercaban las células del retículo a la medida deseada las cámaras enfocadas en el retí
