Mis zapatos de tacón resuenan por el pido de su oficina mientras que camino hacia la que ahora será mi oficina, y una vez dentro, cierro las puertas dobles de vidrio. Me siento del otro lado del escritorio, dejo los documentos sobre este y enciendo la computadora, para luego comenzar con todos los protocolos que me ha explicado Cian hace un momento. Una vez que todo está en orden, comienzo a hacer mi trabajo de investigación acerca del dueño de los terrenos que quiere Cian y me sorprendo al ver su imagen. «¿Así que tú eres Jasón Makris?» Pienso al ver la imagen de un hombre joven que pareciera haber sido sacado de un comercial de ropa interior masculina. Observo sus ojos azules muy parecidos a los que normalmente tienen los siberianos, y me quedo atónita ante la manera que este se combi