El sol se asomaba por las montañas, estaba amaneciendo y Finn se disponía a darse una ducha y así prepararse para su primer día de trabajo.
Aún estaba muerto de la vergüenza cuando Mary le comentó acerca de su me gusta sin intención en i********:, así que no sabía cómo iba a darle la cara respecto a eso. Pero haciendo de lado esa sensación, estaba animado de por fin conseguir un trabajo para al menos recibir un poco más de ingresos.
Cuando culminó de asearse, caminó desde el baño hasta su habitación tumbándose en la cama y tomando su celular que había dejado en ella minutos antes. Respondió un par de mensajes de w******p e ingresó nuevamente a i********:, llevándose la sorpresa con una notificación:
“Mary Martins ha comenzado a seguirte“
Finn se acomodó en el borde de su cama y por curiosidad, tocó la foto de la chica para así ser redireccionado al perfil de la misma, topándose nuevamente con las fotos que había visto unos días antes. A Finn le parecía una mujer sumamente atractiva a la par que demasiado sexy, su cuerpo lo ponía a imaginarse mil y un escenarios junto a ella.
El chico estaba únicamente cubierto con su toalla, de un momento a otro se despojó de ella quedándose totalmente desnudo. Solo de pensar en Mary y ver aquellas fotos donde se veía demasiado sexy, se la imaginaba totalmente desnuda y a su merced, lo cual ponía a Finn excitado, su m*****o ya estaba duro y grande; pensó que su objetivo algún día seria enseñárselo así, en todo su esplendor, erecto y con el prepucio retirado de la cabeza, sus testículos colgando de ese m*****o deseoso de placer.
Finn se encontraba fantaseando un montón. Seguía jugando, sin masturbarse, empezó suave y lentamente, retirando la piel de la cabeza a tal punto que no podía más, causándose bastante placer. Estaba excitado pensando en su nueva jefa. Y esa excitación provocó que se masturbara más rápidamente.
Él seguía dándose placer; agarrando sus testículos, apretándolos y arañándolos suavemente, mientras que con su otra mano seguía estimulándose, seguía provocándose más y más placer. Empezó a arquear su cuerpo hacia atrás como simulando una penetración profunda a Mary que aún seguía en su mente y luego volvía a su posición natural, su mano derecha tenía agarrado ese palo duro y venoso y jugaba con él, lo masturbaba al mismo tiempo que su mano izquierda recorría desde su pierna, pasando por los testículos, subiendo por el estómago hacia su pecho, y luego invertía el recorrido.
Todo esto provoco que después de cierto tiempo el placer se hiciera irresistible, la sensación era indescriptible y ya Finn gemía de placer, de vez en cuando miraba las fotos de Mary. Esto siguió un rato más, hasta que yo no pudo resistir más y su pene reventó en una eyaculación como nunca la cual fue acompañada de un orgasmo relajante e interminable.
Finn sonrió y se mordió el labio mientras dejaba su móvil al lado de su cabeza, el cual no tardó en emitir un sonido de notificación, el cual captó su atención e hizo que se girara nuevamente para ver de quien se trataba.
Una notificación de w******p se dejaba ver con un mensaje bastante claro.
Mary Martins: ¿Podrías dejar de darle me gusta a mis fotos y venir a trabajar? ¡Es tu primer día!
El chico se levantó exaltado y se limpió tan rápido como pudo, dirigiéndose al vestidor para elegir su ropa.
Una vez vestido, tomó su perfume y dio un par de splash alrededor de su cuerpo para así quedarse con un aroma espectacular que incluso el disfrutaba oler.
Salió de su apartamento y comenzó a caminar hasta su trabajo. Eran las 7:40 de la mañana, así que según sus cálculos llegaría a tiempo para su primer día.
Durante el camino se encontró con muchas caras conocidas, esta parte de San Francisco tenía esa característica donde todos eran conocidos, la camaradería entre ciudadanos era muy común y siempre se respiraba un aire de buena vibra y tranquilidad en la ciudad. Aún no podía tampoco sacarse de la cabeza lo que acababa de hacer unos minutos antes viendo las fotos de Mary, su nueva jefa por cierto, no entendía como esa mujer de treinta y dos años podía colocarlo tan caliente solo con su presencia.
Al llegar a la tienda, se fijó a través del vidrio de la misma que Gabriela se encontraba ya allí, así que ella fue la que le abrió la puerta desde el interruptor.
- ¡Buenos días! — Saludó Finn con emoción
- Buenos días Finn, ¿cómo estás? Bienvenido — respondió con la misma energía
- Muy bien, gracias por preguntar Gaby, ¿tu como estas?
- Bien, gracias, un poco atareada ya desde temprano pero nada que no se pueda solucionar
- Perfecto, ¿está la Licenciada Mary por aquí ya? — preguntó mientras se acercaba a Gabriela
- Sí, está en su oficina, pasa y toca la puerta — le indicó señalándole el camino nuevamente
- Gracias Gaby
Finn caminó hasta la oficina de Mary, dejando detrás el aroma de su perfume Bleu de Chanel, el cual tomó a Gabriela por sorpresa, girándose y detallando al nuevo empleado de la tienda, coincidiendo con el comentario que hizo Mary días atrás respecto a su atractivo.
- Si que esta bueno este chico — pensó mientras caminaba de vuelta a su silla y continuaba sus tareas.
Cuando el chico llegó hasta la puerta de la oficina de Mary, escuchó como estaban hablando dentro ella y su asistente, pero le causaba curiosidad de lo que estaban platicando, así que se quedó unos instantes parado poniendo atención.
- Sí, y me dio un like así de la nada esta mañana en i********:, creo que husmeó mi perfil luego de lo que seguí — dijo Mary al otro lado de la puerta
- ¿Y qué tal? ¿Está guapo? No lo he conocido aún — contestó la asistente
- Sí, está demasiado guapo pero tiene diez años menos que yo tristemente, aunque eso no le quita lo bueno que está.
Ambas rieron y Finn esbozó una sonrisa, y acomodó su camisa para tocar la puerta pero justo en este instante abrieron la puerta.
- ¿Qué haces parado ahí Finn? — preguntó Mary con un poco de pena y ruborizándose
- Iba a… — tartamudeó y su mente se puso en blanco, por un momento olvidó como hablar — tocar la puerta para informar que ya había llegado — culminó la frase mientras miraba directo a los ojos de Mary.
Mary sintió el aroma del perfume de Finn, lo cual causó en ella un pequeño placer. Le encantaba que un hombre oliera bien, sentía como si todo el calor de su cara bajase hasta su pelvis.
- B-bueno — tartamudeó también — espera que llegue la compañera de Gabriela, ella será la que te guie — terminó de decir antes de pasarle por el lado a Finn y rozar un poco su pelvis con la pierna del chico.
Finn notó esto y sintió el pequeño calor de Mary, a la par que su nerviosismo. También se cautivó con el olor de esta mujer, desde el primer día tenía una pequeña obsesión con ella. Pero estos pensamientos se borraron cuando escuchó que la que sería su guía, era aquella mujer antipática que lo recibió el primer día.
- Vaya puta mierda — pensó mientras dejaba su mochila en una de las sillas.