Luego de su delicioso almuerzo, se mantuvieron en el restaurante reposando la exquisita comida por unos minutos antes de levantase para pagar. Durante todo este rato se habían mantenido negados a platicar acerca del tema empresarial y de trabajo, sabían que si lo tocaban arruinarían el mood del día, en el que habían quedado de disfrutar en su totalidad antes de regresar el día siguiente a San Francisco. Sobre las 6 de la tarde decidieron volver al hotel, Finn la verdad venía bastante “caliente”, porque en la camioneta se venía haciendo una peli porno imaginándose cómo sería poder montármelo con Mary y Gabriela aprovechando que estaban todos bajo el mismo techo y era su último día en Chicago. Pero, como casi siempre, la cosa no pasó de ahí. Se animó pensando en la buena paja que podría ha