El Asistente [+18]

Capítulo 4 - Masturbación

Por tradición, cuando la tienda de San Francisco lograba el primer lugar en ventas por encima de las demás sucursales del resto del país, se les concedía un reconocimiento a las vendedoras y podían tomarse el día libre para salir a almorzar como recompensa.

Este día llegó y tomó a Finn por sorpresa ya que no tenía más de un mes trabajando allí y ya iría a un almuerzo con todas sus compañeras, así que por más que le sorprendiese, se sentía animado porque hace mucho tiempo no compartía con bastantes personas en un ambiente de celebración.

Su relación con Mary seguía igual de tensa, pero ahora le daba vergüenza hablarle respecto a lo que sucedió en la tienda la semana anterior, sólo se limitó a saludarla y mantener una distancia prudente entre ambos, ya que solo bastaba una pequeña chispa para encenderlos a ambos y se temía que podrían perder el control en cualquier momento y en cualquier lugar.

Esa mañana Finn llegó a la tienda, saludando a todos en su camino hasta el almacén, vestido de una manera muy informal pero robándose las miradas de Margaret y Gabriela al pasar por su lado. Todos estaban vestidos de acuerdo a la ocasión, su día era libre y tendrían el almuerzo de recompensa al medio día.

Descargó su mochila y se sentó en una de las sillas ejecutivas que estaban en la zona de almacén, relajándose, sacando su móvil y chequeando sus r************* . Entró en i********: y vio como Mary había subido una historia recientemente, la cual no dudó en ver, y como de esperarse puso su dedo en la pantalla deteniendo la cuenta regresiva para pasar a la siguiente historia, observando muy bien a su jefa. Esta llevaba un body de color n***o, escotado y unos pantalones de cuero n***o totalmente ajustados, haciendo juego con unos tacones de color blanco para cerrar el espléndido outfit.

Finn sintió como su m*****o empezó a despertarse, no podía evitar sentir esa atracción por su jefa, le urgía verla en la persona así que se acomodó, colocando la silla en una posición donde pudiese verla cuando esta saliese de la oficina en cualquier momento. Siguió viendo historias para distraerse, pero ahora su mente ya estaba un poco condicionada y sólo quería ver a Mary salir para poder observarla detenidamente y en persona.

Dejó su celular boca abajo un rato, bloqueándole la pantalla y reclinándose en la silla. Soltó un suspiro y acarició el bulto que se le había hecho encima de su jean, de verdad estaba deseoso por sacarlo y comenzar a autocomplacerse en nombre de su querida jefa, pero estaba haciendo los mayores esfuerzos por controlarse.

En la cabeza de Finn rondaban el cómo buscar nuevas formas de masturbarme, pues para ese momento estaba sumamente consumido por las ganas de follar y quería desahogarse un poco, así que aprovechó ese momento excitante como una nueva forma de encontrar placer, sacó su pene y empezó a masturbarse dándose vuelta en la silla y ocultándose de cualquier persona que entrase al almacén, así tendría tiempo de ocultar lo que estaba sucediendo. Cuando ya estaba al límite y a punto de eyacular, se detuvo al darse cuenta del desastre en que iba a terminar, tanto la silla, el suelo y sus pantalones iban a quedar manchados de semen, así que tuvo que contenerse, quedándose con las ganas de hacer esa experiencia fuera de mi casa y su comodidad, y ahora teniendo ese pequeño pensamiento morboso de que Mary saliera en ese instante y lo viera.

Mientras se masturbaba pero esta vez bajando el ritmo, Finn se puso a pensar en cómo seguir masturbándose sin ocasionar un desastre consecuente y se le ocurre la idea de sacar uno de los condones que traía en su billetera como de costumbre y prevención. Así que con la morbosa idea de masturbarse y acabar justo allí, a escondidas de todas sus compañeras y con el pequeño deseo de que Mary saliese.

Gabriela se encontraba en su escritorio, retirada y totalmente sin visón alguna del almacén, Margaret compartía la misma posición de Gabriela, así que por ellas, no se preocuparía Finn. Podría continuar con su faena con tranquilidad, buscando en su móvil nuevamente el perfil de Mary y fijándose en sus fotos sexys para usarlas de inspiración.

De la nada, se desliza una burbuja de notificación indicándole que acaba de recibir un mensaje de Mary. Al abrirlo se da cuenta que es una foto de ella, dejándole ver su outfit para el día de hoy pero con una intención provocadora y un mensaje acompañaba a la imagen “¿Qué tal me veo?”  Soltando el botón de su pantalón, bajándolo y dejando su pene que estaba totalmente erecto y goteando pre seminal a montones en su mayor libertad.

Finn empezó a estimular su pene de forma pausada, luego de forma rápida, otra vez pausada y así repitió el ciclo por varios minutos hasta que sintió la sensación de eyacular, así que abrió uno de los sobres de condones el cual rompió, extrayendo el condón de su interior y lo colocó en su pene, desenrollándolo desde el glande hasta la base.

Acto seguido empezó a masturbarse con más fuerza. Sintió la necesidad de girarse y escribirle a Mary que saliera, así que procedió a decirle por chat: “Te ves demasiado rica, deberías salir un momento de la oficina para que veas como me tienes” esto satisfacía su morbo, volvió a ver la foto de la chica donde comenzó a detallarla aún más, Mary estaba sentada dejando a la vista sus hermosas caderas y piernas atléticas, el escote se hacía visible, dejando ver sus voluptuosos senos y su hermoso rostro completaban la sensualidad de la imagen.

Estaba nuevamente a punto de eyacular cuando se le ocurre voltearse. Tras una breve pausa siguió masturbándose, apretando su pene de arriba hacia abajo en un vaivén que no se detenía, sentía como todo su cuerpo comenzaba a tensarse dándole a entender que su semen estaba por salir disparado en el condón para prevenir un desastre en su ropa y el suelo.

Mary abrió la puerta lentamente, sin hacer ruido, disimulando logró mirar en dirección a Finn, viéndolo pajearse en su cara. Mary siguió platicando con su asistente para no hacerle levantar sospechas, mientras meneaba su cabeza haciéndole entender que quería que acabara, a lo que Finn aceleró el ritmo cumpliendo la petición de su querida jefa.

Justo cuando estaba por eyacular, Gabriela entró al almacén llamando a Finn para que le ayudara con algo en su computadora, llevándose la sorpresa de que este estaba masturbándose. Mary cerró la puerta lentamente liberándose de la situación y continuando su trabajo, por suerte, Gabriela no logró verla pero en ese instante la vendedora se encontraba totalmente atónita ante la acción de Finn.

El chico estaba al borde del éxtasis, algo que Gabriela notó y no quiso interrumpir, mirándolo de arriba hasta abajo, detallándolo, notando que el joven empleado tenía una v***a de un tamaño considerablemente grande, y podía observarlo ya que estaba en su mayor esplendor. La chica sintió la necesidad de ayudarlo, aunque se encontraba shockeada y confundida, se dio la vuelta, desabrochando su jean y bajándolo, dejándole  ver sus enormes nalgas y su pequeña panty de encaje blanco que le lucían muy bien.

Finn en shock, siguió masturbándose, el morbo que le daba la situación lo empujó a terminar, siendo ahí el momento exacto donde el semen salió y el soltó un pequeño gemido, reprimiéndolo con su mano izquierda, dejando la derecha apretando su pene mientras descargaba toda su leche en el condón que se había puesto.

Gabriela se giró, mirándolo re ojo, observando como el joven acababa después de haberla visto. Esta se subió el pantalón con dificultad debido a lo ajustado del mismo y sus grandes nalgas, lo abotonó y procedió a dirigirse hasta donde se encontraba Finn, empujando la silla donde estaba para así llevarlo a la zona más escondida del almacén.

-       ¿Qué estás haciendo Finn? ¿Estás loco? ¿Cómo vas a hacer algo así aquí? — le recriminó en voz baja mientras le miraba aún agitado — Debiste esconderte más, por Dios

Finn se quedó en silencio, estaba en shock y totalmente avergonzado de la situación, pero a la par estaba satisfecho de haber descargado su deseo s****l de una manera poco usual, le invadían muchas preguntas y ahora no entendía porque Gabriela hizo lo que hizo.

-       ¿Quieres que te ayude? — preguntó mientras se ponía enfrente de él y se arrodillaba, retirándole el condón.

-       Gabriela, ¿qué haces? — respondió Finn poniéndole las manos en los hombros intentando apartarla.

-       Sólo cállate, ¿Vale?

Gabriela le retiró el condón y lo tiró a la bolsa de basura que había cerca, acto seguido procedió a pasarle la lengua desde la base del pene hasta la punta del grande, recogiendo en ella los últimos residuos del semen de Finn, para luego sonreírle y tragárselo.

-       No le digas esto a nadie, a la próxima hazlo más a escondidas. — sentenció dándole una pequeña chupada a la cabeza del pene de Finn.

El chico la tomó por la mano, impidiéndole que se levantara.

-       Gabriela, ¿por qué haces esto?

-       Te voy a ser honesta… — dijo, aclarándose la garganta para continuar con lo que tenía que decirle — Hace más de dos años que no veo a mi esposo, no tengo relaciones con nadie, y el verte así, al borde del placer me hizo recordar muchas cosas — confesó mientras le acariciaba el pene a Finn. — Tienes una v***a muy linda, aparte eres demasiado apuesto, pulcro, me gustan los chicos así.

-       Pe-pero Gabriela, ¿esto no está mal? — preguntó mientras se estremecía al sentir las manos frías de la chica recorrer su m*****o.

-       Claro que está mal, porque sé que le gustas a Mary, pero no pude evitar querer recordar lo que se siente acariciar un pene y encima de este tamaño.

Gabriela se levantó, dejando que Finn se acomodara nuevamente su pantalón y estuviese totalmente cubierto.

-       Ven, necesito ayuda con algo de la computadora — dijo mientras lo tomaba de la mano y lo llevaba en dirección a su escritorio.

Mientras esto sucedía, Mary le dejó un mensaje a Finn.

“¿Qué tal calenturiento? ¿Ya te cacharon?”

A lo que respondió:

“Cállate, estaba a punto de acabar viéndote y casi me ven”

Mintiendo acerca de lo que acababa de suceder y así mantener el secreto de Gabriela.