En la mañana de su partida, Sean Prentis encontró a Cole en la caballeriza, donde el joven explorador estaba reparando una montura.
—Partiremos directamente, Cole —dijo Prentis.
—Ha sido un honor cabalgar contigo, Sean. —Cole se levantó y cogió la mano del Tirador.
—Eso es mutuo. Ten cuidado, Cole. Hay mucha gente por aquí que preferiría que vivieras tu vida en las sombras.
—Lo sé. El problema es que, si hay una injusticia, debo enfrentarla.
—Ojalá pudiera quedarme atrás y apoyarte, pero tenemos órdenes. Cavendish y yo vamos al oeste. La guerra no va bien para los rebeldes, pero aún no han sido derrotados, así que tenemos mucho que hacer.
Tras un último apretón de manos, Prentis se alejó, dejando a Cole preguntándose si volvería a encontrarse con el joven tirador.
—Disculpe la intru
