Monasterio de Santa Catalina, 19.30 horas Cada uno estaba haciendo en silencio su propio trabajo. Jon jugueteaba con la portátil intentando reconectar las comunicaciones con el refugio mientras el satélite enviaba imágenes de la zona sin ningún problema técnico. Pero las comunicaciones seguían siempre mudas. Baresi y Nic habían ido a recuperar dos jeep al oasis, llevando los cadáveres de los milicianos, Ayala y los otros tres policías. Los acomodaron junto a los cuerpos de los monjes en una de las habitaciones, entre estos estaba también Denny. La Casoni recién había terminado de limpiar el cuerpo del muchacho, se sentía en deuda con él, garantizar la dignidad de aquel cuerpo martirizado por las heridas, le pareció lo mínimo que podía hacer. Después alcanzó a Santini, sentado frente al R