Monasterio de Santa Catalina, 10.30 horas Los tres quedaron desconcertados, preguntaron al hombre muchas veces qué quería decir, pero de atrás de la puerta de la iglesia no llegó respuesta alguna. Santini decidió disparar a la cadena que saltó al segundo disparo de metralleta. Abrieron el portón de hierro y con esfuerzo lograron abrir la puerta porque estaba bloqueada por el cuerpo del monje número veinticuatro. Entrando en la Iglesia, Nic y Denny hicieron una rápida inspección del edificio, mientras Santini se dedicaba al monje. El corazón latía débil, el monje estaba muriendo. -Libre, no hay nadie aquí. Dijo Denny. Santini se puso de pie. -Solo puedo acompañar su alma. ¡Búsquenme el olio, rápido! Nic y Denny se miraron asombrados. Santini repitió la orden, esta vez precisando: -Bu