En ese mismo instante El Coronel Aziz se presentó a la Casoni con un teléfono inalámbrico en mano: del otro lado el Vice Embajador Italiano en Egipto, llamaba desde El Cairo. El funcionario le confirmó que el Embajador había intervenido frente al Ministerio del Interior egipcio y que todo se había aclarado. Le dijo también que tendría que ponerse en contacto con el Jefe de Fiscales en Roma. ¡Querrá romperme las pelotas, ese pendejo! No tenía ganas de escucharlo, pero igualmente lo habría llamado. Después de aquella llamada, llegó otra, esta vez era para Aziz, del Ministerio del Interior egipcio. Para confirmar el compromiso del Vice Embajador, Aziz recibió la orden de dejar ir a la magistrada y sus compañeros. Finalmente libres, la Casoni y compañeros volvieron al hotel cuando eran casi l