Clara estaba en el estudio de Nathan, observando las preciosas pinturas que había hecho hace tiempo. Clara siempre había amado esta faceta de Nathan, él se convertía en otro ser humano cuando estaba tocando el lienzo, su pincel parecía llevarlo hacia donde debía, ella amaba verlo pintar cuando jóvenes, pero hace años él no tocaba sus pinturas, parecía que la compañía y su vida privada lo habían alejado de ese mundo maravilloso. Clara no sabía si ese día iba a ir a comer junto a ella, o si como el día anterior se quedaría hasta tarde en la compañía. Decidió observar por un buen rato una pintura que amaba. Era un paisaje, la playa, Nathan había dibujado como recordaba la playa, incluso las aves sobre el mar, era tan pacífica, inclusive de solo verla sentías que estabas por un momento ahí