Caminaba con ansiedad dentro de su estudio privado, mafias, malditas mafias, las aborrecía, siempre causaban problemas de diversas indoles y nadie nunca hacia realmente un esfuerzo por detenerlas, por supuesto, los Berlusconi tenían a la “autoridad” de Palermo comprada, eso no era ninguna sorpresa, aquella familia era la dueña de aquella mafia poderosa y reconocida, La Sacra Spina, de no ocasionarle problemas directamente ni siquiera los tomaría en cuenta, sin embargo, de nueva cuenta habían robado estupefacientes de uno de sus muchos hospitales, algunos de ellos se usaban como base para hacer drogas mas potentes, que generaban una mayor adicción, sabía que no serviría de nada incrementar la seguridad en los congeladores o bodegas especiales de almacenamiento, el hombre que dirigía esa maf