El baño burbujeante y el delicioso aroma de las sales reconfortaban sus sentidos, la temperatura del agua en la tina era simplemente perfecta, bebiendo un poco de la copa de vino, Hildegard se sentía plena, todo había estado marchando excelente, Hades había dejado de ver cada vez un poco menos a su siempre ocupada mejor amiga para prestarle finalmente más atención a ella, así debía ser, ella era su compañera, aun cuando no vivían juntos, para todos estaba mas que claro el tipo de relación que había entre ambos, Hades era suyo, completamente suyo, y lo seria siempre.
Admirando la revista de moda, decidía que aquel era un estupendo día para salir de compras, era una mujer poderosa después de todo, tenia todo el derecho a consentirse con tantos ceros en la tarjeta de su amado mafioso como qu
