Silence Bar

— Esto —. Chloe me señala y señala la tarima que esta a pocos metros de distancia de nosotras — Se considera acoso — Finaliza para negar con la cabeza y esconderse aun mas en su asiento. — Yo no estoy haciendo nada, estoy mirando la presentación de Tyler suculento Wilson —. Pronuncio para mirar al pelinegro atlético que se encuentra hablando con otras personas que no son nada importantes — Es que es digno de mirar, como se mueve cada musculo cuando habla, o mejor aun; cuando muerde su labio para empezar a hablar, con gusto le doy tres hijos y si quiere los aborto, sin queja — Dictamino y Chloe estalla en risas haciendo que todos se fijen en nuestra presencia. El insoportable Andrew engendro Hill, sonríe de lado para hacernos una seña que nos acerquemos. — ¡Vaya!, señorita Roberts, que sorpresa que este viendo nuestro ensayo — Sentencia con voz burlesca haciendo que los otros presentes me miren con ojos de querer matarme. — Si ya sabe, investigar; para eso estudiamos periodismo, pero la verdad —. Miro a todos los presentes excepto al suculento Wilson porque me perdería en su mirada — Ya gane el debate... Es un tanto respetivo, yo les recomendaría dejar de buscar en Wikipedia — Finalizo para que muchos abran sus bocas sin creer lo que dije, dado que es la mayor ofensa hacia un investigador, dirigido especialmente al engendro de Hill y sus trece noticias que acabaron en ser las mejores de todo estados unidos. Tanto como Chloe y yo salimos con nuestras cabezas altas y nuestro narcicismo aun mas destacado, siempre ha sido así; desde el primer semestre y mis ganas de ser la mejor; pero llego Hill para pasar al segundo lugar, tengo pocas noticias con tanta repercusión que el; pero cambiara rápidamente, solo necesito una oportunidad. — Yo digo si dejaras de querer siempre ser lo mejor, Tyler te dirigiría la palabra; pero te tiene miedo — Vocifera en nuestros casilleros mientras recogemos todos para el gran debate esperado por todos. — Mis sentimientos por Tyler no tienen nada que ver en querer ser la mejor, el periodismo es una amplia y extensa de incontables personas queriendo hacerse notar; solo lo estoy acelerando, hoy vienen cien personas a verme; veinte personas mas que la ultima vez —. Le explico y ella solo sonríe de lado — A ti te vienen a ver porque eres hermosa, si haces noticia serás mas importante que yo pero... — — Quieres ser reconocida no por tu aspecto si no por conocimientos; lo se, Ivy; no soy tan inteligente, debo sacar provecho en mi apariencia — Con simpleza termina para arrastrarme a los vestidores y hacerme poner un ridículo vestido blanco que realza mis pechos. Montón de degenerados viendo mis pechos. — Eres muy hermosa Ivy, solo que ni siquiera tu sabes cuanto lo eres — Agarra un mechón de mi n***o y espeso cabello para recogerlo en la mitad, hay un espejo enorme enfrente de mi haciendo que mire mi reflejo; no soy tan delgada, ni tan gorda; nunca me ha importado mi físico, pero me veo linda. Chloe tiene manos mágicas. Después de eso, apenas al salir; comentarios estúpidos acerca de "Ivy si es una chica", haciendo que maldiga en bastantes ocasiones, apenas entro en el aula; todos guardan silencio, saludo al grupo que vino a verme y se quedan boquiabiertos. Veo a Tyler acomodando el sonido y me dirijo hacia el. — ¿Todo esta listo? —. Apenas escucha mi voz se levanta con fuerza como si fuera un robot, al verme abre su boca de la misma forma que todos; tiene en su preciosa mano izquierda el micrófono, al tomarlo nuestros dedos rozan haciendo que quiera vomitar — Suerte — Susurro levemente haciendo que Tyler se sorprenda. Comienza el debate sobre el aborte legal, yo soy el equipo en contra; y ellos a favor. Ni siquiera diré lo que dijeron porque es exactamente lo mismo que hemos venido escuchando en diversos medios innecesarios. — Gracias, Wilson; Soy Evelina Roberts, muchos me conocen como Ivy —. Me acomodo en mi lugar y me fijo en cada persona; algunos esperando atacar a lo que diré, otros mirándome con adoración; nada de esto servirá, rompo los pequeños papeles que hizo Chloe para guiarnos y me mira como si quisiera matarme — Había venido con objeciones acerca del aborto, información de médicos reales sobre el peligro; pero aunque diga con otras palabras que el aborto sea legal y gratis saldré en el periódico como la loca del periodismo... Todos agarran este tema como algo propio, porque tenemos algún bebe cercano o vemos algún bebe en las calles y podemos imaginar si ese niño muriera, ustedes se basaron en las madres; que ellas deciden sobre su cuerpo, esta bien; pero mi pregunta aquí es ¿Entonces el bebe no tiene derecho sobre su cuerpo?, es un bebe no sabe realmente como hablar pero quienes somos nosotros para decidir quienes viven y quienes mueren, nadie tiene el derecho ni obligación de eso; porque si eso seria, podría decir que todos los pedófilos deban morir, que aunque no sobran las acusaciones, solo quedan así; cuando nosotros tenemos relaciones sexuales tenemos en claro lo que puede suceder, si eso sucede simplemente piensan que hay dos opciones, tenerlo o abortarlo; pero hay mas, podemos tener al bebe, podemos darlo en adopción por todas esas familias que mueren por la oportunidad, en vez de quitarle la oportunidad de vivir de un ser humano; porque nos olvidamos de eso, aunque sea en la semana uno es un ser vivo, que vive cada día y crece como todos nosotros; no merece quitarle esa oportunidad, a ninguno; todos merecen vivir, así sea destinado a una familia adoptiva o a una familia de una sola persona, yo Evelina Roberts estoy en contra del aborto porque creo fielmente que todos merecemos el derecho de vivir aunque sea un error, una tragedia o porque no estas preparada; busca en internet opciones, porque siempre las hay —. Al finalizar todos se levantan y empiezan a aplaudir con ferocidad, sonrió ampliamente y Chloe viene hacia mi para abrazarme con fuerza. Hill solo aplaude tres veces, como siempre lo hace y me sonríe de lado al fijar mi mirada en el. Como lo tenia previsto, ganamos el debate por decisión unánime; agradezco a todos y Tyler no deja de sonreír mientras me mira. Es un paso realmente mas cerca de lo que quiero, pero voy tarde hacia la comisaria en busca de una noticia que valga la pena. Apenas logro salir de la facultad, corro hacia el autobús mas cercano; el mismo chofer de siempre me saluda con un gesto amable; agarro mi cabello en una coleta y saco mi vieja libreta con un lápiz. Al bajarme y llegar a la comisaria, parece una feria de toda la gente que se encuentra. Me quedo estática por un momento hasta que el oficial Laurens se fija en mi y señala con el dedo. — Niña, no es un buen día para intentar hacer nuestro trabajo; tenemos un pez gordo, te daremos algo que te servirá, pero vete — Apenas dice y se muestra totalmente nervioso hace que mi curiosidad se dispare; al igual que el muchos oficiales solo niegan la cabeza al verme; intento hablar con las personas, hasta que encontré una chica de mi edad; con un corte en su ceja. — Todo paso muy rápido, estábamos afuera esperando entrar y las balas empezaron a salir... Pensé que no saldría con vida —. Empieza a sollozar hasta quedar totalmente estática al ver llegar una figura de autoridad. Como si realmente fuera posible, todos dejan de hacer lo que se suponía; un hombre muy alto, levemente atlético entra esposado ocultando su rostro. Pasa un lado de mi y puedo verle arrugar sus cejas haciendo que quede totalmente fascinada por la impresión y lo que causo a todos los presentes. — ¿Como es que se dejo venir?, es Blackwell; el dueño del Silence Bar — El oficial Simons y Laurens intercambian información haciendo que vea la sala de interrogación como si fuera una pizza grande con piña. Los oficiales que entraron con Blackwell salen rendidos haciendo que sea mi oportunidad, con los oficiales reunidos tendría con suerte un minuto; agradezco ser de una estatura baja y poder entrar a la habitación. Apenas volteo su mirada totalmente fría y sin dejar de ver un solo detalle de mi persona hace que me quede en mi lugar. Sus ojos de un tono sorprendentes que pueden ser fáciles tomados como un rojo, su cabello marrón, con sus rasgos totalmente perfectos. ¿Es real?. — Así que mandaron a una niña por el trabajo difícil, no esperaba menos Su voz, fuerte y con una determinación que nadie se olvidaría de ella, hace que salga de mi trance; dejaron la carpeta que muestra lo sucedió y tomo esa imagen de que no tengo miedo de nada, aunque puedo orinar en este mismo momento. — Blackwell Dagger, dueño del famoso Silence Bar; se le ha arrestado por enfrentamiento de armas en el establecimiento logrando así; tres muertos y veinte heridos — Agrando los ojos por la información y por primera vez conectamos miradas. El sonríe de lado y se acerca hacia mi. — Créeme, será lo mejor que pueda hacerte — Hago un gesto confundida. Y nuevamente como si fuera posible todo alrededor deja de funcionar; su rostro totalmente pegado al mío dejándome saber ese olor a menta y perfume varonil que me hará recordar mientras agarra mi nuca para estrellarla contra la mesa haciendo que empiece a sangrar por la nariz, los oficiales entran haciendo que lo inmovilicen y sacarme de allí. — Te lo dijimos, Ivy; pero todos los periodistas son iguales, idiotas — El oficial Simons me regaña mientras me ayuda con la herida, sigo totalmente en trance por su mirada. Dos llamas de fuego, su tacto demandante y electrizante haciendo que termine así; de alguna desquiciada forma haciendo que quiera saber mas, como si ese golpe supiera que es mi oportunidad. Nuevamente las emociones están colgando de un hilo, los oficiales están ocupados peleando entre ellos y vuelvo a entrar a la habitación; Blackwell tiene un gesto cansado al verme. — Estas en tu derecho al golpearme, un golpe bajo pero aquí no juzgamos; no debería estar aquí, pero soy estudiante de periodismo; un idiota que es mejor que yo, que no perdona un solo momento para sacarlo a relucir, y esta noticia; me impulsaría, si solo dijeras unas palabras seria finalmente la mejor — Hablo tan rápido que dudo en si me entendió, pero hace un gesto de mi libreta ahora manchada de mi sangre y lápiz. Lo veo escribir con rapidez haciendo que vea su rostro totalmente serio y hermoso. Sus cejas hundidas y sus hermosos labios haciendo que me pierda en ellos; no se cuando termino pero me mira con un gesto divertido. — Tendrás suficiente para una noticia, nadie ha escrito sobre mi; te doy permiso de hacerlo, pero —. Nuevamente se acerca a mi; y alguien racional se alejaría o pediría ayuda, pero mi cuerpo no reacciona y de alguna forma pide que el este cerca — No me busques, no pienses en mi; esto... Te supera — Finaliza y en ese momento el oficial simons entra mirándome sin creerlo. — Solo vine a vengarme — Vocifero viendo el arma electrochoque reposado en su bolsillo; en un gesto rápido lo agarro y antes que me pueda detener lo coloco en el cuello de Blackwell; me mira mordiendo su labio y si, lo electrocuto pero el no se inmuta, no se queja; mas bien sonríe ampliamente. Tres oficiales vienen hacia a mi; dos me cogen de cada hombro con fuerza haciendo que suelte un quejido, Blackwell se levanta de su asiento; sin esposas mirando a los oficiales que me tienen agarrada como si lo fuera a matar en ese momento. — No tienen permiso de tocarla, nadie la puede tocar; o... ¿Quieren a Blackwell Dagger detrás de sus traseros? — Su voz, dios como una voz puede que mis piernas flaquean; logrando así que los oficiales me suelten y caiga en el suelo. Blackwell agarra mi hombro y cintura para levantarme, es la primera vez que estamos frente a frente, fácilmente puede sacarme tres cabezas de sobra; sus manos con agarre fuerte hace que abra mi boca, sus ojos como si estuviera analizando mi alma; y ahora mi corazón latiendo con fuerza. Y este es mi momento de huir. Apenas salgo de la habitación de interrogación, todos los oficiales están apuntándome como si fuera una asesina serial; alzo mis manos en señal de paz y todos cargan la pistola listos para disparar; y allí veo mi vida pasar. Nuevamente y por segunda vez en esta tarde, las manos de Blackwell en mi cintura mientras se coloca delante de mi, protegiéndome. — No queremos esto, en este momento todos mis hombres están rodeando la comisaria; nadie saldría vivo, ni ustedes, ni nadie de esta comisaria; me iré y olvidaran todo... Si no quieren tener un puesto asegurado en la morgue — Blackwell con su voz totalmente fría y autoritaria hacen que quiera salir corriendo, puedo ver la salida desde mi lugar haciendo que de pasos cortos; pero su mano coge mi muñeca con autoridad mientras este sonríe de lado. Sin poder creerlo, los oficiales lo dejan ir; Blackwell me arrastra con el pero ninguno se mete en lo que esta haciendo; por segunda vez debería correr pero lo atrayente que es, no me hace moverme en mi lugar. Entramos en una camioneta blindada, estoy en el ventanal y este en el otro; el chofer me pide la dirección, por primera vez uso mi cabeza y no muestro donde es mi hogar. — Señor, todos los hombres que pidió están en el bar; todo esta listo para mañana en la noche — Blackwell hablando por teléfono, y que solo escuche eso haciendo que mi curiosidad nuevamente se dispare. El me ve con su ceja alzada y hago que no escuche nada. Puedo saber que estamos cerca de aquella heladería a una esquina de mi hogar. — Adiós señorita... — Blackwell ofrece su mano para yo cogerla con temor. — Ivy... —. Pronunció haciendo que me mire sin entender — Evelina, pero todos me llaman Ivy — Termino de decir haciendo que me mire con curiosidad, su toque nuevamente electrizante haciendo que me pierda en sus ojos, ahora de un tono amarillo como el sol. — Evelina — Dios, nunca me había gustado mi nombre, pero ahora con su voz puedo escucharla a cada minuto, segundo de mi vida. Me bajo de la camioneta con velocidad, y me volteo; a pesar de no verlo, se que me esta mirando; muerdo mi labio sin quererlo y la camioneta se aleja con gran velocidad. Puedo respirar con tranquilidad. No pude dormir en toda la noche, por crear una noticia perfecta; aunque con lo que escribió Blackwell tendría el estrellato con solo dos líneas. Nuevamente en la universidad, sin miradas de deseo; busco al arrogante de Hill; que esta coqueteando con las chicas de psicología, lo usual. Hace un gesto de cansancio al verme y me invita a su despacho. — Así que el gran Blackwell Dagger, hablo contigo y te escribió lo que dirías — Me pregunta con burla haciendo que me enoje. — Es la verdad, estuve en la comisaria; ellos saben todo, puedo obtener sus palabras — Si así paso, ellos no dirán nada; dirán que es mentira, búscalo nuevamente o busca algo mejor en el Silence Bar; toma fotos para la próxima, ¿O quieres seguir siendo la segunda mejor? — Su voz burlesca, haciendo que le quite las hojas con furia; lo señalo con el dedo pero respiro profundamente. — Iré a ese estúpido bar, hare la noticia; y seré mejor que tu... Espera, ya lo soy — Lo señalo para hacer que estalle en risas. Es totalmente desquiciado, pero hoy pasara algo; lo escuche del teléfono de Blackwell será mi oportunidad. No pensé ir; pero cuando estoy en frente del letrero de neón "Silence Bar", se que esto pasara. Rápidamente me doy cuenta que no estoy vestida para ese lugar; veo a una chica con un vestido rojo de lentejuelas y la agarro de los hombros y le muestro mi placa falsa de policía. — Me darás ese vestido, si no quieres ir a la comisaria por ser menor de edad — Su rostro totalmente pálido, se que me lo dará. Me veo como Chloe cuando va a fiestas por chicos, pero esto es mi oportunidad. Luces por todos lados, música a todo volumen y el horrible olor a cigarro. Veo rápidamente gente bailando, el bar con una chica de cabello corto sirviendo tragos; todo parece normal y sin rastro de Blackwell. Pero cuando veo dos hombres totalmente grandes saliendo de la puerta justo al lado del bar, me hacen saber que ese es el lugar que esconden. Necesito una distracción; veo un chico con su novia y aunque desperdiciare mi primer beso, estampo mis labios con los suyos haciendo que su novia empiece a gritar con rabia, llevando toda la atención como justo quería. Pasar por esos dos gorilas fue fácil, lo pensé por un momento; pero ver un bar dentro de un bar se llevo lo que me imaginaba. Hombres y mujeres casi teniendo sexo en cada esquina, pero sobre todo; armas y navajas en cada mesa y aquellos hombres probando con cuerpos inertes hacen que tape mi boca para que no suelte un grito. Puedo sentir mi cámara, pero seria un suicidio. — Trajeron el postre — La voz burlesca detrás de mi haciendo que voltee instantáneamente, sus ojos verdes llenos de maldad; una navaja en sus manos llenas de sangre mirándome con deseo. Todo su rostro lleno de impaciencia, puedo visualizar un balcón haciendo que alce la mirada, justo encima de mi para encontrar la mirada mas terrorífica que vi en mi vida. Blackwell Dagger.