Terminé de ayudar a Román y Rayan y otros dos mastodontes ayudaron a levantarlo del suelo, se lo llevaron a un camarote a descansar. Estaba muy golpeado y adolorido según dijo. Miré a Rosca que estaba detrás de mí con la respiración entre cortada. Me gire a él y crucé mis brazos, el me quito la mirada y la desvío a la barandilla del yate. —¿Y?—musito—¿Que coño sucede contigo rosquilla? ¿Por qué casi matas a tu hermano? —No es tú problema Wuilson—respondió—No te metas en lo que no te incumbe—dijo y eleve mi ceja, tenía malditamente razón, pero vamos es de mí de quién se trata y soy terca. —Tienes razón no es mí problema.—dije—Pero aún así, actuaste como el animal que hay en ti. —rió irónico—Sí soy así ¿cuál es el problema?—dijo y luego arrugo su entrecejo, me tomo del mentón y lo elevo