━═ Maya ═━ El suave clic al cerrar la puerta nos indica que estamos a salvo de las miradas acusadoras y los interrogatorios incómodos. Ambos soltamos el aire que habíamos estado conteniendo, convirtiendo nuestra habitación en un oasis de paz en medio de la tormenta. De una manera que no puedo explicar, siento la necesidad de abrazar con fuerza a Joshua, buscando entre sus brazos la calma que solo su contacto físico ha logrado brindarme. Sus brazos me acogen, envolviéndome con ternura, como si acunaran mi alma. Tras dejarme un beso en la coronilla, apoya su mentón sobre ésta y suspira. —Maya, siento si metí las patas... Lo de Italia, fue un impulso —dice apenado, tras haber improvisado sin consultarme—. Pero puedo justificarlo y posiblemente no te parezca tan descabellado —menciona. Alzo