Capítulo 1
Cerré la puerta de mi cuarto de un portazo y me quité corriendo las botas y los calcetines. Estaban empapados después de entrenar bajo la lluvia. Suspiré y me metí corriendo en el baño para quitarme el resto de la ropa. Odio los días de entrenamiento bajo la lluvia, y lleva lloviendo toda la semana. En cualquier otro sitio un día de mal tiempo implicaría cancelar el entrenamiento, pero en mi manda, Luna Llena, da igual que llueva, nieve o granice, que el entrenamiento no se cancela. Tenemos que estar preparados para pelear en cualquier tipo de clima. Lo entiendo, pero eso no hace que me guste.
Rápidamente me metí debajo de la ducha y dejé que el agua caliente quitase todo el barro de mi pelo y mi cuerpo. Cuando por fin recuperé el calor corporal, salí de la ducha, me puse unos vaqueros y un jersey y salí del cuarto. Después de toda la mañana entrenando estaba muerta de hambre, así que me dirigí a la cocina a ver si había algo de comer.
De camino a la cocina pude ver como varias personas se movían de un lado a otro preparando todo para esta tarde. Esta tarde llegaba el Alpha del Blood Moon Pack, una de las manadas más grandes del país, y de las más poderosas. Según me he enterado, el Alpha del Blood Moon Pack estaba al borde de la guerra con varias manadas cercanas, y su la manada se enfrentaba a un problema con lo que aquí llaman ‘rogues’, hombres lobo que se han quedado sin manada y viven solos en el bosque, deshumanizándose con el paso del tiempo.
Blood Moon Pack ha recurrido a nosotros porque busca mejorar el entrenamiento de sus guerreros. Aunque no somos una manada grande, la agilidad y destreza de los guerreros de nuestro ejercito es cada vez mas conocida entre las manadas estadounidenses. Mi hermano Marcos, el Alpha de nuestra manada, ha aprovechado nuestra creciente fama para montar un negocio que ayudase a mantener económicamente a la manada. Marcos ofrecía a los Alphas de otras manadas a nuestros mejores guerreros para que entrenases a los miembros de sus manadas o para se sumasen a sus guerreros para defender su territorio. Eso sí, a cambio de una cuantiosa cantidad de dinero.
Cuando entré en la cocina me encontré a mi hermano Lucas cocinando. Olía genial. Lucas tiene muchos talentos, pero sin duda el que más me gusta es su don culinario. Tengo cuatro hermanos. El más mayor de ellos es Marcos, Alpha de la manada, luego va Lucas, Beta de la manda, Juan y Nicolás, al que llamamos Nico. Lucas y yo siempre hemos tenido una relación especial, ya que es el único de mis hermanos que ve como algo más que la hermana pequeña a la que hay que proteger a toda costa.
-“ ¿Qué estás cocinado?”- Pregunté mientras me sentaba en una silla.
- “Merluza con verduras”- Me contesto con una sonrisa. “¿Quieres?”- Me preguntó. Asentí enérgicamente, estaba muerta de hambre.
- “¿Está ya todo preparado para la llegada de Alpha…?”
- “ Alpha Kayden”
- “Si, ese”
- “Marcos esta terminado con los últimos detalles. Es el mejor cliente que hemos tenido hasta ahora y quiere que todo salta perfecto. Por cierto, me ha pedido que te diga que por favor te comportes.”
- “¿¡Yo?! Si siempre me comporto”- Exclamé moviendo los brazos exageradamente, fingiendo estar ofendida.
Lucas se rio. -“Cat, sabes perfectamente a que me refiero”
Gruñí mientras me metía la comida en la boca. Claro que se a que se refiere.
Hay muchas cosas que me hacen enfadar. Reconozco que estos últimos años me he convertido en una persona irascible, pero si tuviese que señalar que es lo que me saca más de quicio en este mundo sería sin ninguna duda la actitud altiva y engreída de los Alphas. Semana tras semana llegan a nuestro territorio para pedirnos ayuda, pero siempre lo hacen mirándonos por encima del hombro, como si fuésemos escoria. Si tan escoria somos, y tan estupendos son ellos ¿Qué no vengan a pedirnos ayuda no?, que se las apañen ellos solos sacando a su manada de sus problemas. Pero no, cada semana mi hermano Marcos les recibe con una sonrisa, les ríe las gracias y hace como que no escucha sus comentarios despectivos hacia nuestra manada.
El problema es que a mí me cuesta más hacer como que su actitud arrogante me da igual. Especialmente cuando esa actitud va dirigida directamente hacía mí. Ocupo una de las posiciones más elevadas dentro de nuestro ejercito, y puedo decir con total tranquilidad que me la he ganado por mi propio mérito. Prácticamente ninguno de mis compañeros puede decir que entrena las horas que yo entreno. También es cierto que no tengo nada mejor que hacer, pero ese no es el tema. El tema es que cada vez que esos machos cargados de testosterona, y sin ninguna neurona, llegan a conocer a los guerreros para elegir a cuáles de ellos quieren contratar, y me miran con una sonrisa burlona. Y no solo eso, si no que algunos de ellos tienen el valor de hacer comentarios como: “Se os ha colado una mujer aquí”, “¿Alguien tan pequeñito como tu puede pelear?”, “Que gusto tener un hermano Alpha que te de un buen puesto en el ejercito” o “Si esta es uno de vuestros mejores guerreros no quiero ver a los peores”.
Decir que consiguen que me hierva la sangre es quedarse corto. Y lo cierto es que no tengo pelos en la lengua a la hora de contestar a esa panda de engreídos. Total, en el punto de la vida en el que estoy, no tengo nada que perder. El único problema es que mi actitud enfurece a Marcos hasta puntos inimaginables, lo que normalmente deriva en castigos.
-“ A lo mejor son ellos los que tienen que aprender a comportarse”- comenté, retomando la conversación con Lucas.
- “No te digo yo que no”- Contestó Lucas con una carcajada. “Pero bueno, recuerda estar mañana puntal a las 7, con el uniforme impoluto, en el campo de entrenamiento. Alpha Kayden ha dicho que quiere ver como peleáis antes de elegir que guerreros contratará para el entrenamiento de su manada”.
Asentí. Demuestra ser inteligente, muchos de los Alphas eligen que guerreros quieren teniendo en cuenta únicamente la apariencia física, y eso es un error muy grave, ya que ser grande y musculoso no siempre te hace ser mejor en una batalla.
-“ Marcos también me ha dicho que no quiere que nadie moleste a Alpha Kayden y a sus acompañantes. Así que intenta no cruzarte con ellos hasta mañana, han dicho que llegarían entre las 7 y las 8 de la tarde”
Suspiré, pero volví a asentir. Aunque Marcos sea mi hermano, no deja de ser el Alpha de nuestra manada, así que tengo que obedecer sus ordenes, aunque no me gusten.
-“ Muy bien, entonces me iré a pasar la tarde con Cas, y me acostaré ponto, para estar mañana, a las 7 en el campo de entrenamiento, con mi uniforme limpio”- Le conteste imitándole burlonamente.