When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
Mia asintió nuevamente. El plan tenía sentido. También la tranquilizaba saber que no sería la única enfrentándose a algunos de los socios comerciales más tradicionales. Ryan la miró de arriba abajo. —Pero tu atuendo no va a funcionar. Mia bajó la vista a su ropa. Había elegido la mejor opción dentro de su presupuesto en el centro comercial. Se ajustaba a su puesto en la empresa y se lo hizo saber a Ryan. —Puede ser —reconoció él, recogiendo sus cosas y poniéndose de pie—, pero no es adecuado para tratar con dueños de negocios de alto nivel, especialmente si son hombres. Notarán inmediatamente que llevas ropa barata. Mia se mordió el labio, sin saber qué hacer o decir. Había gastado el dinero que le habían dado, no podía cambiar eso ahora. Ryan se dirigió a la puerta de la oficina. —