Narra victoria Cassano. Llego a nueva York y parece que no teléfono se activó de algo a manera, ya las llamadas empiezan a entrar como si me hubiera desaparecido por años, pongo mala cara y camino para pasar a mi casa, al mirar la pantalla me doy cuenta de que es mi secretaria y mejor amiga Verónica… Deslizo el dedo en la pantalla para contestar y me coloco el teléfono en la oreja. —Vero, ¿qué sucede?— pregunto mientras avanzo para entrar a la comodidad de mi hogar. —Vicky, disculpa que te moleste en tus vacaciones, pero tenemos un problema— la palabra probarlas en la boca de Verónica es que algo salió realmente mal, pongo mala cara para preguntar. —¿Qué carajos paso ahora?— me quedo parada en la puerta sin entrar para escuchar lo que ella tiene para decirme. —No te molestes ¿si?— yo