Camino hacia la única puerta en el piso. Abro la puerta con el código que me dio Enzo. Entro en el ático; la sala de estar está pintada de marrón y n***o con sofás marrones, un gran televisor n***o y elegante en el medio de la sala de estar. Me siento en el sillón junto a las ventanas para poder mirar las hermosas calles de Nueva York. Enciendo la televisión para ponerme al día con los últimos chismes en E-News. Mientras veo la tele, decido llamar a Sofía para decirle que estoy de vuelta y saber cómo van las cosas con su prometido y el bebé. Saco mi teléfono de mi bolso y marco su número. —Hola nena—le digo tan pronto como contesta. —¿Cómo estás? ¿Cómo fueron tus vacaciones? Cuéntamelo todo—dice sonando feliz de escuchar mi voz y conocer los detalles del viaje. —Fue increíble, Sofia. Fu