Después de un par de horas de mi sueño reparador, escucho que alguien me despierta. Abro los ojos para ver un conjunto de hermosos ojos verde avellana, y me pregunto a quién podrían pertenecer esos hermosos ojos también. Enfoco mis ojos para ver que es el diablo y mi sonrisa se convierte en un gran ceño fruncido. Me enderezo para responderle porque sea cual sea la hora, no quiero otro sermón de él. Por lo que se ve desde afuera parece que es tarde porque ya está oscuro. —Tienes que estar lista en los próximos treinta minutos. Nos vamos pronto y odio llegar tarde—dice Enzo antes de salir de la habitación. Camino al baño para arreglarme. Me ducho durante quince minutos y me maquillo. Nada demasiado serio o pesado, ya que no soy muy fan del maquillaje, pero por la forma en que se ven mis oj