Capítulo 1
Advertencia/ Alerta de disparador. Este libro contiene contenido maduro fuerte , léalo bajo su propio riesgo.
Evelyn.
"No tienes derecho a lucir tan hermosa, Clara," no pude contener mi emoción, "¡Papá se desmayará si te ve así en la noche de bodas!"
Actualmente, Clara, la prometida de mi papá, estaba revisando las compras que habíamos hecho desde la mañana, ya casi era tarde cuando regresamos a nuestra casa.
"Evelyn, tienes un don para las palabras", Clara se rió, sus ojos brillaban con diversión. Ella rebuscó entre las bolsas de compras, sus dedos rozando la tela de la lencería negra que había sacado, "Pero en serio, ¿qué te parece este?" preguntó, mostrándomelo.
"¡Vaya! ¡Seguro que vas a lucir como toda una deliciosa tentación!" Mis ojos se abrieron de par en par y no pude evitar soltar un silbido.
"Tu y tu padre tienen una forma similar de dar halagos, no me extraña por qué él te tiene tanto cariño, eres igual que él", Clara estalló en risas, su alegría contagiosa llenando la habitación. Me golpeó juguetonamente el hombro, y no pude evitar sonreír.
"Sea lo que sea que digas, después de algunos años de matrimonio, quiero un hermano. ¿Entiendes eso?"
Las mejillas de Clara se pusieron de un color rojo intenso, y soltó un suspiro, claramente sorprendida por mi comentario. "Evelyn..."
Al notar su enrojecimiento furioso, estallé en una carcajada. Clara y yo habíamos desarrollado un vínculo estrecho desde el principio. Después del divorcio de mis padres, no había visto a mi papá tan feliz con nadie hasta que Clara llegó a nuestras vidas. Ella era genuinamente de buen corazón y una mejor persona que mi mamá, quien dejó a mi papá en su momento más vulnerable cuando más la necesitaba, una pérdida en los negocios que la llevó a abandonarnos a él y a mí.
En medio de mi risa, abracé fuertemente a Clara. "Te amo, cosita linda."
"Yo también te quiero, Evie," Una sonrisa se suavizó en sus labios mientras me abrazaba de vuelta, "Muchas gracias por aceptarme en la vida tuya y de papá, realmente significa mucho para mí." Ella sollozó.
Conociendo a Clara durante años, era consciente de su tendencia a emocionarse incluso por las cosas más pequeñas. Y en ese momento, estaba teniendo uno de esos momentos conmovedores de nuevo.
"Entonces, ¿vas a desbloquear las cataratas de nuevo, eh?" bromeé, con una sonrisa juguetona en mi rostro.
Una risita se escapó de sus labios, y asintió. "No, no soy," Sonrió entre lágrimas y me miró antes de limpiar la humedad que se había acumulado en sus ojos.
"Hoy no habrá sermones, mi futura madre," interrumpí con un tono de rebeldía en mi voz.
"¿Cuántas veces te tengo que decir que no necesitas agradecerme por nada? Clara, eres el epítome de la perfección para papá. Mil veces mejor que mi egoísta madre, por supuesto."
"No hables así, Evie," suplicó. "Recuerda, ella sigue siendo tu madre."
"Como si me importara," bufé, lanzándome sobre la cama, sin importarme la montaña de ropa debajo de mi peso.
"¡Pero, Evie...", la interrumpí.
"Nada de sermones por hoy, futura mamá. Mejor asegúrate de que haya un montón de tipos buenos con los que poder follar. Esta virginidad es un maldito fastidio"."
"Sí, sí, para que tu papá me divorcie antes de que siquiera podamos casarnos," ella rodó los ojos, haciéndome estallar en risas. Tenía razón, papá era súper protector conmigo, había asustado a varias de mis citas en el pasado.
"¿Podemos simplemente empacar a papá en una maleta y enviarlo por unos días para que yo tenga un poco de libertad y diversión?" pregunté sugestivamente.
"Dudo mucho que tu papá quepa en una maleta," encogió los hombros.
De repente, sin previo aviso, papá entró en la habitación, tomando por sorpresa tanto a Clara como a mí.
"Ah, entonces, ¿cuál es el plan maestro aquí, señoras?" Preguntó papá, su impecable sincronización nunca dejándonos de sorprender.
Papá y su extraña habilidad para aparecer en el momento justo!
Lo jodí, bueno, Clara también.
"Nothing, papá, solo estábamos repasando algunos detalles de la boda," balbuceé, tratando de disimular la evidencia de nuestra conversación previa con una risa forzada. Sin embargo, su expresión delataba lo que percibió a través de mi débil intento.
"Por casualidad escuché los planes que ustedes dos estaban discutiendo", dijo, cruzando sus brazos desafiante. Detrás de su mano, pude ver a Clara luchando por contener la risa.
Mi mirada en su dirección parecía haber sacudido su cerebro en acción, y rápidamente intervino, "Samuel, no es apropiado escuchar nuestra conversación. Es simplemente... um..." Buscó la palabra adecuada, "vergonzoso, por decir lo menos".
"Claro, claro," papá rodó los ojos y tomó asiento en el sofá en la esquina de mi habitación. "Y debo decir, es increíblemente considerado de ustedes dos discutir la logística de meterme en una maleta. ¡Bravo!"
La boca de Clara se abrió y se cerró, pero no salió ninguna palabra. Estaba perdida sin una respuesta adecuada.
"¡Entonces tal vez deberías dejar de asustar a mis citas!" exclamé, incapaz de contener mi frustración por más tiempo.
"Y tal vez deberías empezar a buscar chicos decentes en lugar de pequeños bribones", respondió papá sin perder el ritmo.
"¡No eran pequeños!"
"¿Estás de acuerdo en que eran bribones?" Clara se rió y mis mejillas se pusieron rojas de vergüenza al darme cuenta, bueno... realmente no traje a ningún chico agradable hasta ahora, pero eso no significaba que iba a aceptar la derrota en esta discusión.
"Quiero decir, ¡no eran unos bribones!" Miré a papá con furia.
"Por supuesto que lo eran," dijo papá con confianza, "Cada uno de esos chicos lo era, ninguno de ellos tenía buenas intenciones."
Hay algo que debes saber, no quería las buenas intenciones....
"¿Por qué siempre te entrometes en mis relaciones, eh? Tengo veinte años y tengo derecho a elegir con quien quiero salir."
"Por supuesto que lo haces, pero si consistentemente eliges lo peor entre ellos, me reservo el derecho de intervenir."
Maldita sea, ¡Papá y su lógica!
Me quedé sin palabras en mi lugar y me encontré exhalando un suspiro derrotado.
"Bueno, supongo que eso concluye nuestra pequeña disputa de hoy," declaró papá, levantándose de su asiento. "Ahora, mi querida hija y mi prometida, ¿qué tal si dejamos de lado la idea de meterme en una maleta y nos enfocamos en empacar realmente nuestra ropa para el viaje? Necesitamos salir temprano para el vuelo."
Clara interrumpió, "Por cierto, ¿cuándo es nuestro vuelo?"
"Tenemos que estar en el aeropuerto antes de las 9 pm," él consultó su reloj de pulsera. "Así que es mejor que empecemos a prepararnos."
"¿No se puede retrasar el vuelo? Acabamos de regresar de compras", gimió, estirando perezosamente los brazos por encima de su cabeza.
Sacudió la cabeza. "No. Necesitamos preparar la mansión para la llegada de los invitados. Ellos estarán aquí a partir de mañana."
"No hay descanso para los cansados, ¿supongo?!"
"Probablemente no," papá chasqueó la lengua, "Y la boda de destino era tu plan, así que no puedes culparme."
"¡Ugh! ¡Eres tan cruel!" gemí enterrando mi rostro en mis manos.
"Gracias," Con esa sonrisa que me dedicó, salió de la habitación.
"No te preocupes, una vez que lleguemos a la mansión, encontraré una solución", me aseguró Clara, sus palabras llenándome de un destello de esperanza. "No tendrás que mover un dedo"."
"¡Te amo, te amo, te amo!" exclamé, lanzándome a sus brazos. Ella se rió en respuesta.
"Yo también te quiero, ahora ve y prepárate antes de que despierte el lado demoníaco de tu papá," bromeó.
"Estás absolutamente en lo cierto," me reí, antes de entrar rápidamente al armario para empezar a prepararme para el viaje que tenemos por delante.