Ese día era su cumpleaños número 18, solo ella en ese lugar extraño lo sabía, de haber estado aún en el convento las monjas le hubieran horneado una tarta. Debía resignarse 'penso', esa etapa de su vida había quedado en el pasado. Aún tendida en la cama, con los rayos del sol penetrando por la ventana, reflexionaba, su cuerpo hoy lo sentía ligeramente extraño. Se paró, cuando tocó el piso, recordó al señor Lexter y sus maniobras extrañas la noche anterior, habían sido demasiado para ella. Trato de despejar su mente de esas imagenes pecaminosas y fue a tomar un baño, después de este se vistió, y considio a su salida de la habitación con un delicioso aroma a chocolates con un ligero toque a licor y algunas notas de café. Sabía de alcohol, gracias a la madre superiora, tenía muchas botell