No deseaba huir pero tampoco estar cerca de el, al ver sus ojos, percibió algo diferente, sus piernas no parecían ser lo suficientemente largas para acrecentar más la distancia al correr, lo sentía muy cerca, su mejor opción sería esconderse entre algún arbusto. Giro hacia la derecha había malezas y pequeños árboles frondosos. Se sintió un poco más segura, no sentía que el la seguía. Miro a los lados, a la vez despejo el agua que nublaba sus ojos, se agachó. Respiro profundo, deseando que todo pasará, cuando el alivio dió una señal, una presión la atrapó, unos fuertes brazos que la hacían sentir débil ante el contacto. —¡Te atrapé, eres mía pequeña bruja!. —Ya no lo soy, te ordeno que me liberes Lexter. ¡No vuelvas a llamarme así!.— Su petición no funcionó, la aprenso más, se sacudió fue