Narrador Omnisciente: …O muy por el contrario destruirla… La joven mujer se armó de valor y, con lentitud, empezó su andar de nuevo, pero sus pasos pesaban cada vez más, su corazón estaba latiendo demasiado rápido, tan rápido que temía que fuese a explotar. Ya estaba muy cerca de encontrarse con aquel monstruo que le quería arrebatar su felicidad; cada paso pesaba más que el anterior, pero eso no la detuvo, para ella ya era hora de acabar con eso, aunque sentía que perdía fuerzas a cada minuto que pasaba; ella tenía mucho miedo, ella estaba nerviosa, rogaba porque ocurriese algún milagro que la salvase de ese cruel destino que le esperaba al lado de ese hombre tan desagradable, pero esa mujer con la mirada entristecida supo que no podría huir de aquel destino tan infeliz que le esperaba.