Ya de regreso en la oficina, las noticias que le esperaban eran desalentadoras y el mal día empezó con Román Assad. Había dos cubículos separados por paredes de cristal, el mas grande y más próximo a la oficina, era el de Adriana y en el otro se encontraba una chica bajita y menuda, se veía algo tímida y llevaba gafas con montura de carey. Tartamudeo un poco al verlo y se levanto para preguntarle si quería que lo anunciara con el Sr. Assad. —No, gracias. – se acerco al escritorio y le ofreció la mano – Soy Bruno Orellana. ¡Mucho gusto, Srita……..! —¿Orellana? – se le quedo mirando fijamente, tratando de recordar lo que Adriana le dijo acerca un tal Lic. Orellana, luego vio su mano extendida y recordó que era el CEO del Grupo Horizon, se ruborizo y se puso demasiado nerviosa – ¡Oh, lo sie