Después de una buena sesión de besos y caricias subidas de tono, ella se apartó y él se lo permitió. Ya era tarde y la temperatura había bajado bastante, tenía frío y quería meterse a la cama, de preferencia con él, pero sabía que no debía hacerlo. Tenía planes para su futuro y en esos planes no estaba él. Había sido muy claro al decirle lo que quería de ella y ella no pensaba ser el juguete de nadie, ni siquiera quería una relación y mucho menos casarse. Su voz ronca y sensual cortó el hilo de sus pensamientos. —¿Qué vamos a hacer con esto, Larissa? —¿Con esto? ¿A que te refieres? —¡Ohh, por favor! No te hagas la tonta – le tomó la mano estaba fría y temblaba, prendió la calefacción – No puedes negar qué hay química aquí – los señaló a ambos, sus manos seguían frías, las frotó para q