Larissa estaba desconcertada al principio, después su cara cambió y se vio enojada, dolida, luego decepcionada, su cara era un mosaico de emociones digno de admirar. —Seguramente ahora te preguntas ¿Cómo pude ser tan estúpida y no darme cuenta? Podría haberme casado con un multimillonario para el cual, pagar la deuda de mi madre sería como quitarle un pelo a un gato. —Si, en cambio termine con un muerto de hambre en peor situación que la mía. La miró con rabia, pero no se amilanó y prefirió cambiar de táctica. Descubrió que todo lo referente a Bruno la afectaba, era su punto débil y con rabia comprendió que se había enamorado de él. —Pero no te tortures pensando en lo que no fue, Querida. Sus padres jamás te habrían aceptado y seguramente sabía que prácticamente eres una indigente, qu