Capítulo 001
El periódico cae frente a mi mientras llevo la deliciosa taza de café humeante a mis labios; dándole un sorbo observo a quien me tiro dicho papel y veo sus ojos arder en furia.
—¿Qué tienes que decir al respecto?
No respondo, solo me encojo de hombros y dejo la taza sobre la mesa para tomar una tostada con mermelada.
—¡Mía! — grita mi padre — ¡Nos has dejado en ridículo frente a toda la sociedad! ¡Has puesto a tu hermana en boca de todos!
Suspiro y tratando de pensar bien mis palabras para no decir de más respondo.
—Ella sola se puso en boca de todos papá. Deja una maldita vez de defenderla. — me sorprendo por mi calma sabiendo que por dentro estoy ardiendo en llamas.
—Eres una ingrata, no puedes ser tan egoísta ¡ES TU HERMANA MALDITA SEA! — y esa… esa fue la gota que derramó el vaso.
—¿¡EGOÍSTA!?¿¡YO!? MALDITA SEA PAPÁ. MAITE SE CASÓ CON MI NOVIO. ¡¿DE QUE EGOÍSMO ME HABLAS?!
—Ellos se quieren. Tienes que aceptarlo y seguir adelante. Además, sabes que tú tienes que casarte con…— lo interrumpo antes de que siga, estoy tan cansada de que todos quieran manejarme a su antojo
—Con una mierda. Yo no me pienso casar con nadie. — digo levantándome lo más tranquila que puedo. Ya no soporto más esta situación.
—Mía, tienes que hacerlo. Está el futuro de la empresa en tus manos. — una risa sarcástica abandona mi boca enfureciendo aún más a mi padre.
—Pues mira que lastima, al parecer soy manca — comento irónica
—¡Mía!
—Me importa una mierda tu maldita empresa, pídele a tu princesita que te ayude, si se revuelca con su cuñado no le costará nada hacerlo con el hijo de un millona…— las palabras quedan en el aire al sentir mi mejilla ardiendo. Me abofeteo. Pero eso no es lo que más duele; duele más saber que me está vendiendo a un desconocido. Me encamino a las escaleras para irme, pero nuevamente su vos me detiene.
—Ya firme el contrato y no hay vuelta atrás. Te casaras en dos meses a no ser que quieras ver a tu padre tras las rejas. — sentencia
—Lamentó tanto decirte que vivimos en el siglo XXI papá. Soy libre de decidir con quien casarme y ¿adivina que?… no planeo casarme con nadie.
—¡Mía! — lo ignoro y subo las escaleras — ¡MIA! — insiste, pero no me interesa.
Han sido muchos años en los que acepte todo lo que mi padre me imponía sin chistar, pero esta vez no lo iba a aceptar. Llego a mi habitación y cierro la puerta provocando un estruendoso ruido y me tiro en la cama a llorar como no lo he hecho desde hace mucho, estoy cansada, mi cuerpo y mi alma se sienten destrozas. Extraño tanto a mamá es estos momentos, hace tanto que se fue que ya no recuerdo bien sus rasgos.
Me senté con la espalda en la cabecera y tomé mi portátil para buscar en las notas. Allí, en primera plana una foto mía bastante desarreglada y visiblemente pasada de copas con el micrófono en la mano sonriendo. Pero no eran de esas sonrisas alegres, eran de esas que escondían mucho más; escondía dolor, tristeza, rabia y bronca. Bajo un poco para leer la nota y en letras grandes y rojas decía:
“La tercera en discordia. Este viernes por la tarde, se llevó a cabo la boda más esperada del año, Maite Lombardi y Alonzo Castañares por fin sellaron su amor y todo parecía ir perfecto hasta que la menor de los Lombardo armo un escándalo en plena celebración acusando a su hermana de haberse robado a su novio…” deje de leer porque sabía perfectamente que de una u otra manera, terminaban dejando a mi hermana como la pobre paloma blanca que no hiere a nadie, mientras que yo era la villana resentida que no aceptaba que su exnovio no la quería a ella y eligiera a su hermana. Vaya mierda. Dejo a un lado la computadora y me recuesto sintiéndome cada segundo qué pasa peor, al cabo de unos minutos caigo rendida.
[…]
—¿Me amas?
—¿Por qué preguntas eso? Claro que te amo. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida — me toma de la cintura y me pega más a su cuerpo. Sus ojos me observan detalladamente y puedo notar el amor que siente. — ¿Tú me amas?
—¿No te ha quedado claro aún? — observó nuestros cuerpos desnudos y siento mis mejillas arder.
Estoy tan feliz de haberme entregado en cuerpo y alma a Alonzo que siento que mi corazón ya no me pertenece. Todo lo que soy, todo lo que tengo se lo he entregado en bandeja de plata a él, el amor de mi vida.
—Eres hermosa, mi amor.
—Y toda tuya.
—Toda mía.
—Prométeme que nunca dejarás de amarme
—Jamás lo haré. Eres la mujer que aparece en mis sueños al idealizar mi futuro, una casa enorme con nuestros hijos corriendo por todo el jardín mientras tú y yo los observamos abrazados y dándonos cariño — sus palabras me conmueven. Saber que piensa en mí a largo plazo, siendo la mujer de su vida, la madre de sus hijos me hace completamente feliz. —te amo, Mía — Nos volvemos a besar y de un ágil movimiento, Alonzo esta sobre mí repartiendo besos por mi cara seguido de mi cuello hasta centrar su atención en mis pechos, una vez más hacemos el amor y por suerte, esta vez no duele tanto como la primera vez. Porque si, acabo de perder mi virginidad con el hombre de mis sueños.
[…]
Me levanto agitada, mi pecho duele como la mierda y siento que estoy hiperventilando. Los recuerdos duelen, saber que todas sus palabras fueron una vil mentira duelen y saber que ya no soy yo a quien imagina como la madre de sus hijos me destroza, ahora solo soy su cuñada, su maldita cuñada.
Entro al baño y me doy una ducha con agua fría, necesito calmarme, con seguir llorando no voy a conseguir nada. Cuando salgo de la ducha me detengo frente al espejo y mientras me cepillo el cabello no puedo evitar observarme de pies a cabeza.
¿Es que no soy suficiente?
¿No valgo tanto como mi hermana?
Mentiría si dijera que me amo tal cual soy. Tampoco digo que no tengo amor propio. Pero está situación, los comentarios de los reporteros, el hecho de que mi novio, quien decía amarme, me dejó por mi hermana, todo eso está pasando factura y cada instante qué pasa siento que mi autoestima cae un poco más.
La semana pasó en un abrir y cerrar de ojos. No he ido a trabajar y mi padre poco me habla; aunque dijera que no me interesa, estaría mintiendo, es mi padre y me destruye que una vez más defienda a mi hermana y me trate a mi como si fuese un saco de basura.
Bajo las escaleras para ir por un vaso de agua a la cocina cuando la puerta del despacho de mi padre se abre dándole lugar al susodicho junto a un hombre de aproximadamente cincuenta y tantos años. Ambos ríen mientras charlan hasta que reparan en mi presencia.
—Hija, cariño ven, quiero presentarte a Ricardo. — lo observó dudosa, pero sin más me acercó.
—Buenas tardes.
—Buenas tardes querida, un gusto por fin conocerla en persona. — no contestó, solo sonrió amablemente para luego seguir mi camino, pero antes de que eso suceda mi padre nuevamente me llama.
—Mía, Ricardo es nuestro nuevo socio, cuando tú y su hijo se casen nuestras empresas se fusionarán y… — antes de que siga lo corto.
—Creo haberte dicho que no me pienso casar, ni con el hijo del señor ni con nadie. — sentenció sería.
—Mía— me advierte
—Lamentó el malentendido señor…
—Llámame Ricardo
—Ricardo, lamentó la confusión, pero yo no me casare con su hijo.
—El trató ya está firmado — comenta con una sonrisa incomoda
—Yo no firme nada, y como soy yo la que se supone que se tiene que casar, no hay trato — me encojo de hombros y sigo mi camino sin más. Cinco minutos después, entra mi padre hecho una furia a la cocina y comienza a zamarrearme del brazo
—¿TE DAS CUENTA LO QUE HAS HECHO? ERA UNA INVERSIÓN MULTIMILLONARIA LA QUE ACABAMOS DE PERDER. Ahora mismo llamaras a Ricardo y le dirás que sólo era un mal chiste para hacerme enojar pero que todo sigue en pie.
—Creo que no entendiste papá. No me voy a casar ¿es que acaso hablo en c***o? — pregunto histérica
—Bien. — dice y se marcha, pero antes de salir voltea nuevamente y me dice — Quiero que en menos de cinco minutos saques tu trasero de mi casa, no quieres ayudar a la familia, bien, ya no eres parte de ella. — y se va dejándome con el vaso de agua a medio camino.
¿Me corrió? Mi padre, mi progenitor ¿acaba de echarme de la casa? ¡bien! No voy a dar marcha atrás y mucho menos rogarle.
[…]
Deshago la pequeña maleta que me traje. No tuve tiempo de tomar más cosas ya que no me dio tiempo aparte de que solo me traje lo que me gané con mi esfuerzo. Lo demás lo deje todo, tarjetas, joyas y ropa de marca que compre con el dinero de mi padre, por suerte tenía mis ahorros, no son muchos, pero hasta conseguir un trabajo me alcanzaría… espero que eso sea pronto.
Salgo de la habitación del hotel al que me vine a hospedar y voy directo a una agencia inmobiliaria, si me quedo en el hotel, mis ahorros se terminarían rápido. Luego de una tarde yendo y viniendo de un lugar a otro, por fin conseguí un departamento, es pequeño, pero esta perfecto para que inicie mi nueva vida. El agente inmobiliario me aviso que el contrato tardaría 48 horas hábiles y recién después de firmarlo podría mudarme.
Llego al hotel y me doy un largo baño, estoy exhausta y muero de hambre, mañana saldría nuevamente para buscar un trabajo, solo deseo tener la misma suerte que tuve para encontrar mi nuevo hogar.