Nick No podía creer que tenía que disculparme por lo de Alisson. Había visto a Emma intercambiando su número con ese sujeto en la heladería, no podía ser una equivocación. Maldita sea. Mis manos temblaban de rabia mientras pensaba en esa escena. Las imágenes de Emma sonriendo coquetamente a ese desconocido me perseguían. ¿Por qué se la daba de santa o perfecta? “Bueno, solo yo sé la clase de zorra que me pusieron de esposa,” pensé, soltando un resoplido. Estaba furioso, no quería dar mi brazo a torcer, pero sabía que mi madre me mataría y posiblemente también mi padre, por dañar el negocio familiar. Papá no sentía afecto por Emma, aunque lo fingía muy bien. Me dije que ese viejo era un zorro astuto peor que yo. "Es una maldita infiel. ¿Por qué no puedo serlo yo? De seguro van a v