Salgo de mis pensamientos cuando el chofer anuncia que hemos llegado, suelto un suspiro y bajo del auto ingreso a recepción anunciando quien soy, todas las miradas están puestas en mí, las mujeres me ven con deseo y los hombres con envidia o rabia, ya estoy acostumbrado me da igual, me indican que me tome el ascensor hasta el último piso, no me molesto en gradecer o si quiera darles otra mirada, simplemente sigo mi camino.
Cuando las puertas del ascensor se abren percibo el olor más exquisito que he sentido en mi vida, es una mezcla de flor de cerezo y canela, me encanta, no puedo evitar que mis pasos se dirijan siguiendo ese olor, estoy en otro mundo con ese olor, Bastian lucha conmigo por tomar el control, pero no se lo permito, estamos en medio de humanos. Llego a una puerta y estoy seguro que la persona dueña de ese olor está detrás así que la abro sin mucha delicadeza y oh mi diosa, no lo puedo creer.
- ¡COMPAÑERA¡¡ COMPAÑERA¡¡MIA ¡- grita y aúlla Bastian en mi cabeza, ella, esa mujer que está sentada ahí como una diosa es mi compañera, al fin la encontré y es… una humana, pero después de tanto tiempo anhelándola no me importa, es MIA, y voy a reclamar lo que es mío.
Tomo asiento alrededor de la mesa en donde están todos y me presento luego de que el presidente me sacara de mi ensoñación de haber encontrado a mi pareja, justamente el lugar que estaba libre es cercano al de ella, me gustaría saber cómo se llama. Le dedico una mirada y noto como sus mejillas se enrojecen y aparta la mirada, sonrió de lado porque creo saber que pasaba por su mente, ella levanta nuevamente la mirada y conecta con uno de sus compañeros, se hace señales entre ellos y mi ira surge y me cuesta aún más controlar a Bastian.
-Déjame salir, lo voy a matar, como se atreve a mirarla de esa forma, ella es MIA¡¡¡¡¡
-Bastian, contrólate, no podemos hacer una escena frente a ella, recuerda que es humana, podemos asustarla- Bastian gime ante la de idea de que nuestra compañera se asuste debido a nosotros.
Adriana, ese es su nombre, el presidente lo menciono ya que ella debe realizar una presentación para mí. Cuando se levanta no puedo evitar detallarla por completo ese vestido se ajusta completamente a su cuerpo, sus pechos y trasero son hermosos, no son pequeños ni tampoco tan grandes, el tamaño perfecto y esos tacones que solo hacen resaltar más sus maravillosas piernas – Yo sé qué clase de presentación quiero que me haga con todo eso que tiene- dice Bastian dejándome ver imagines un tanto inapropiadas para el momento, pero eso logra que yo mire a Adriana de otra forma. Al parecer ella noto mi mirada, pero no le disgusto y juraría que está tratando de lucir coqueta y sensual mientras realiza la presentación, trato de mantener el control, pero casi se va a la basura cuando a ella se le cae la pluma que sostenía y se inclina de una manera tan provocativa haciendo que su vestido se subiera dejándome ver el inicio de su trasero.
- ¡MARCALA ¡déjame marcarla, es mía, nadie más la puede ver, ¡MARCALA ¡que todos sepan a quien pertenece- Nunca me había costado tanto controlar a Bastian incluso a mí mismo, el pequeño ángel es atrevido y me encanta, Bastian me está haciendo ver imágenes de todo lo que podemos hacer con ella, de cómo la vamos a marcar y de esas maravillosas y torneadas piernas alrededor de mi cadera.
Cuando la reunión acabo yo ya había tomado una decisión, iba a invertir en esta empresa, eso me permitiría estar más cerca de ella y haría cualquier cosa con tal de lograrlo, le envié un mensaje a mi Beta en el que le decía que mi viaje en Estados Unidos se había alargado indefinidamente, así que él tenía que hacerse cargo de lo relacionado con la manada, es la primera vez que no me siento incomodo dejando que el haga los trabajos, sé que Mathew, mi Beta, se extrañó de que alargara el viaje y le delegara trabajo, pero también está feliz de poder ayudar.
Cuando Adriana salió de la sala, aunque quería ir tras ella me quede para hablar con Jones, le dije que iba a invertir una gran suma en su empresa, iba a necesitar una oficina en este edificio y una asistente, obviamente Jones accedió de inmediato y me dijo que iba a buscar una asistente adecuada, pero yo ya tenía a alguien en mente. Salí de la sala y mi ira aumento de forma rápida, Bastian salió a la superficie soltando un gruñido.
Ese maldito, el compañero de Adriana que estaba en la junta, la tiene contra la pared y su cara estaba tan cerca que estoy seguro que estaba a punto de besarla, camine rápidamente hacia ellos, lo tome por el saco y lo arroje al suelo.
- Mas te vale que te mantengas MALDITAMENTE LEJOS DE ELLA no pruebes mi paciencia- Bastian peleaba conmigo por tener el control, estoy seguro de que mis ojos cambiaron de color por un breve momento. En ese momento sentí chispas en mi brazo y extenderse por todo mi cuerpo y luego escuché su dulce voz.
-Señor Brown, por favor cálmese, todo es un mal entendido, Cristian solo es un compañero – así que el idiota se llamaba Cristian, lo dejaría pasar, ella tuvo la iniciativa de tener contacto conmigo y Bastian estaba echado disfrutando de su toque.
-Puedes llamarme Liam, no tienes por qué ser formal conmigo, sé que es un compañero, sin embargo, no lo quiero cerca de ti, quedas advertido- le dije al imbécil señalándolo con un dedo, tomé la muñeca de Adriana y me dirigí su oficina, no necesitaba preguntar cuál era, solo me bastaba con seguir su olor.
Al entrar la acorrale contra la puerta y la encerré con mis brazos, me quede mirándola fijamente, sus ojos son grandes y hermosos de color gris, su piel blanca sin imperfecciones y sus labios, rosados y carnosos, ¿Cómo se sentirían sobre los míos?, note que ella también sus ojos puestos en mis labios, así que lo tome como una invitación, y la bese.
Puse mi mano en su mejilla y con el pulgar levante su rostro, la mire a los ojos, me acerque un poco más y junte mis labios con los suyos, al principio se sorprendió, pero al momento ella me correspondió, moviendo sus labios en sincronía con los míos, Bastian aulló de felicidad en mi cabeza. Ella enrollo sus brazos alrededor de mi cuello y yo la tome por su cadera pegándola más a mi cuerpo si era posible, profundice el beso e introduje mi lengua en su boca y ella soltó un pequeño gemido.
Bastian aullaba de éxtasis en mi cabeza, lo único que quería era que la tomara y la marcara, más aun cuando empecé a sentir el olor de su excitación en el aire, debía parar o no iba a poder controlarme, aunque quisiera hacerla mía, debía tener cuidado y llevar las cosas despacio, al ser una humana debo tener especial cuidado, ellos no saben de nuestra especie, así como tampoco entienden la magia que hay alrededor, así que el poder del vínculo de pareja se tarda un poco en hacer su efecto en los humanos que en los lobos, a nosotros nos golpea de inmediato, pero a ellos no.
En contra de mi voluntad y con las protestas de Bastian en mi cabeza me separe de sus dulces y apetecibles labios, en el momento en que nos separamos aun con los ojos cerrados ella suspiro, sus mejillas estaban rojas y sus labios hinchados, ¿Cómo era posibles que se viera aún más sexy y apetecible de lo que ya era?
-Adriana, eres hermosa, tus labios saben tan bien, y eres completamente MIA, que no te olvide cariño- le dije mientras trazaba sus labios con mi pulgar, le di un beso más y Salí de oficina sonriente, esto apenas esta comenzando.