En el internado, los días transcurrían lentos, aburridos para los chicos, extrañaban aquellos días que iban a bañarse al pozo con Metzi, a comer todas esas delicias que ella conseguía, se acordaban de las guardianas, que jugaban con ellos, cuando ordeñaban a Moala, tomaban leche con miel de abeja, dice uno de ellos –cuando llegábamos a la casa no teníamos hambre--, - ¿quién estuviera allá con Metzi? -, dice Gustavo, en la puerta entre abierta estaba escuchando la hermana Juana
Ella toca la puerta y pregunta si puede pasar, le dice a Peter y a Manolo, que deben buscar su carnet que ya llegó, se queda a solas con Gustavo Antonio, le dice – Fui asignada como tu tutora, sabes lo que significa, es como si fuera tu madre aquí, velaré por ti, sufriré contigo y celebraré tus éxitos, mientras esté
