—Buenos días, señor —Saludan en unísono las recepcionistas de la empresa cuando ven a Adrián entrando luego de casi tres meses en el extranjero. —Buenos días, señor Oz. Bienvenido —dice otro empleado. —Bienvenido, señor Oz. Es bueno verlo de vuelta —Comenta otro a su paso. Todos se paran para saludarlo, mientras Adrián solo asiente dirigiéndose hasta el ascensor principal que lo lleva directo a su oficina. —Bienvenido, señor Oz —Mariana, quien ya se encuentra atareada en su oficina, lo recibe. Adrián entra a su oficina, seguido por ella. —¿Qué tenemos? —Pregunta mientras da vuelta por el sitio, antes de detenerse frente al gran ventanal de vidrio por donde puede ver la playa de San Lorenzo en su mayor esplendor. —La reunión de la junta directiva es dentro quince minutos, señor. —Res