Epílogo

975 Words
Derek se encontraba sentado en una pequeña hamaca que estaba en la entrada de la mansión Hale, unos años atrás había decidido reconstruir para tener un hogar para su familia y manada. Ahora todos vivían ahí junto con sus hijos, la manada había crecido bastante, ahora había niños y adolescentes por todo el lugar y eso llenaba el corazón de Derek, quien se había convertido de nuevo en un alfa. Habían pasado ya 14 años desde que Monroe murió, todos esos años desde que vio de nuevo al dueño de su corazón. Habían pasado demasiadas cosas en esos años, tanto felices como tristes.   - ¡Papá! – gritó un pequeño de diez años, el niño era un copia de Stiles, tenía su cabello junto con sus hermosos ojos whiskey, su piel era demasiado blanca y era adornada por una hermosa constelación   Derek esbozó una hermosa sonrisa cargada de nostalgia cuando el pequeño se sentó a su lado.   - Hola Dylan, creí que estarías con tu hermano – le dijo Derek acariciando las hebras castañas de su pequeño   - No, es demasiado aburrido además es algo amargado, eso lo saco de ti o bueno so decía pops pero bueno hace ya dos días que cumplí diez años y me dijiste que cuando los cumpliera me contarías las historia de pops y todo lo que paso y como paso de ser el humano que corría con lobos a el guardián de Beacon Hills y el nemeton, un humano realmente poderoso. El tío Peter dice que era como una deidad – dijo el pequeño emocionado   Derek sonrió con nostalgia, s pequeño Dylan era realmente la copia de su amado Mieczyslaw, era hiperactivo y bastante curioso además para sus cortos diez años era un maestro usando el sarcasmo, además de que era muy inteligente. Su hijo mayor de 13 años era una perfecta combinación de ambos, Sean, era castaño de ojos verde con motas castañas, su piel era pálida y tenía algunos lunares adornándola, él era realmente inteligente pero era más serio aunque siempre sacaba a relucir su carácter Stilinski con algún comentario sarcástico. Ambos eran lobos, Sean era un alfa mientras que Dylan era un beta. Por azares del destino Dylan era mejor amigo de Tyler, el hijo de Isaac y Scott, Stiles solía decir que era karma por todos los problemas que les había causado a sus padres cuando él y Scott eran niños. Algo que frustraba a Derek era la estrecha relación de Sean con Colton, el hijo de Jackson y Ethan, ese niño le ponía los pelos en punta era demasiado narcisista. Todos habían apostado que ellos terminarían juntos, Lydia estaba casi seguro de que eran compañeros pero aún no decían nada. Cora amaba molestar a Derek con eso y Jackson solo lo presumía.   - Cachorro no deberías de ser tan impaciente, además no sé porque tanta curiosidad – le dijo Derek logrado que hijo hiciera un puchero cruzando sus bracitos sobe su pecho   - Solo quiero saber más de quien era pops, Sean nunca me quiere decir nada y todos mis tíos huyen o me dicen que tu deberías contarme esa historia   - Esta bien cachorro pero sabes que hay cosas que no puedo contarte – el pequeño sonrió emocionado mientras asentía – Verás tu pops era…   - Papá, ¿podrías decirle al tío Peter que deje de molestarme? – interrumpió Sean poniendo los ojos en blanco, el chico salía del bosque con Peter a su lado   - Peter deja de molestar a mi hijo – dijo Derek soltando un suspiro viendo como esos dos se acercaban a ellos   - Es divertido – le dijo el mayor   - Le voy a decir al tío Jordan que me estás molestar, me alegra que Ian se parezca a él y no a ti   En ese momento un chico de doce años de cabello castaño rubio de ojos azul cielo salió de la mansión negando al ver como su padre molestaba a su primo.   - Papá deja a Sean, pa va a saber eso – le dijo Ian   - Dejen de decirle a Jordan, a este paso voy a dormir en el sofá y no gracias, la semana pasado estuve tres días en el, no quiero más  - dijo Peter haciendo un puchero como el adulto que es   - Deberías dejar de comportarte como un bebé, Peter eres tío abuelo, eres un adulto comportarte   - ¡Pops! – exclamó Dylan corriendo hacía el castaño   Todos miraron al castaño que caminaba había ellos, su cabello estaba corto, tenía una ligera barba que enloquecía a su esposo, sus hermosos ojos habían recuperado su característico brillo y su sonrisa era tan brillante como el día que Derek lo conoció. Ahora nuevas cicatrices adornaban su cuerpo, una atravesaba su ojo derecho y algo más había cambiado en el castaño… Hace unos años había perdido su brazo en una pelea contra unos brujos pero aún así sonreía como si nada hubiera pasado.    - Hola cachorro – dijo Stiles acariciando el cabello de su pequeño   - Volviste pronto – le dijo Derek caminando hacía él con una hermosa sonrisa en su rostro cargada de amor y cariño   - El consejo termino antes y heme aquí, espero que todo haya estado en orden – dijo viendo a su hijo mayor, quien solo le guiñó un ojo esbozando un pequeña sonrisa   - Bienvenido a casa – le dijo Derek atrayendo a su esposo por la cintura dejando un suave y tierno beso en sus labios   - Estoy en casa sourwolf   No importa cuántos años pasarán Stiles siempre regresaría a su hogar, siempre sería la luz de la manada, su ancla, aquella luz que iluminaba a todos. No importa cuantas verdades ocultas hubieron en el pasado ahora eran una manada fuerte, unida y sobretodo feliz. Eso era lo único que necesitaban Stiles y Derek. 

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