Victoria se levantó con mucho entusiasmo al ver un mensaje de texto en su celular donde habían logrado encontrar otro posible donante para su madre; levantándose directamente para el baño, pero fue interrumpida por el brazo de José quien seguía de mal genio con ella, más porque no se había disculpado con él. — ¿Qué quieres ahora? — Manifestó con fastidio Victoria al tener afán y tener que aguantar escenas de celos. — ¿No crees que me merezco una disculpa? digo, fuiste imprudente aprovechando mi ausencia — Dijo José con semblante serio, agarrando con fuerza a Victoria donde iniciaba a arder. — No la mereces, pero como tengo afán no discutiré así que discúlpame por vivir como una mujer y no como una esclava por una vez en la vida — Sentenció Victoria soltándose del agarre de José