Sofi
Cuando llegamos al restaurante fuimos recibidos en la puerta por un empleado; seguramente era nuevo, ya que no lo conocía. Le di mi nombre y nos llevó a la mesa que había reservado, nos dio la bienvenida y dijo que avisaría al dueño.
-Sofi, niña querida.
-Sr. Raymundo, buenas noches.
Me levanté de la mesa y permití su abrazo y su beso. Él es dueño de varios restaurantes que se ubican en la misma calle, desde que tengo memoría, mi papá me traía aquí y yo siempre me sentí muy a gusto, además de la comida deliciosa. El SR. Raymundo era amigo de mi papá, no uno íntimo, pero si cercano y de muchos años.
He de decir que Javier no se levantó.
-Niña, solo te aviso que mi plan era irme a las 5, cuando vi tu reservación no tuve más que quedarme.
-Se lo agradezco mucho - Dije sonriendo.
