Abigail sin perder tiempo regreso y en compañía de Manuel comenzaron adelantar los papeles, fotos, bocetos y aun trabajos ya terminados para mostrar el prospecto al cliente. Y el día tan esperado llegó para Manuel y Abigail, era lunes y muy tan anhelado. Y ambos estaban muy nerviosos por la presentación que iban a realizar ante el ingeniero Hernández. Era tanto los nervios que manifestaba la joven ante la idea de confirmar si esa era la empresa de Eliam y sobre todo de volverlo a ver. Y este temor se confirmaba a cada segundo que se hacía más próxima aquella entrevista. En cambio para Manuel su temor se basaba de ser rechazados nuevamente en el proyecto con él que con tanto esfuerzo e ilusión había soñado por segunda vez. Era el sueño más preciado desde que ellos se