Me siento sobre la valija para ejercer presión y poder así cerrarla, siempre miento cuando digo que no cargare con tanto.
Luego de una lucha agotadora, dejo mi equipaje junto a la puerta de mi habitación y me tiro a la cama observando el techo, sintiendo que algo no ira bien y odio esa sensación, porque siempre que aparece, algo malo sucede.
Suspiro una vez mas tratando de borrar ese sentimiento y me pongo de pie al mismo tiempo que mi padre se asoma por la puerta de mi habitación verificando que este lista para el viaje.
- Estoy lista – comento antes de que pueda decir palabra alguna, me regala una sonrisa y con un gesto de cabeza me invita a seguirlo. - ¿Cómo te fue en la oficina? – pregunto para eliminar el silencio que nos rodea.
- Bien cariño, deje a Max a cargo por este tiempo que estemos fuera.
Max, el mejor amigo de mi padre desde que tengo uso de razón, su mano derecha en la oficina por así decirlo es a la única persona a la que le dejaría el mando con los ojos cerrados.
- ¿puedo preguntar el porque de este viaje tan repentino?
- No creí que te molestara tomarnos unos días de descanso.
- No, claro que no me molesta, pero esta es la época en donde más trabajo tienes.
Lo veo suspirar y me resigno a obtener respuesta alguna, mas no me esperaba que su cuerpo se tensara al voltear a verme, puedo ver como los nervios le invaden al percatarme de que juega con sus manos distraído.
Definitivamente, algo no va bien
- Tengo algo muy importante que decirte y espero que lo tomes de la mejor manera posible. Mas no te diré hasta que lleguemos a destino.
- Pero papá…
- No insista, vamos que nos espera el coche.
Resignada y hastiada por quedarme con la duda, camino directo a la salida con mi valija a rastras.
…
El viaje se me hace eterno, aun cuando dormí gran parte de él, pero las pesadillas no me dejaron descansar.
Abro los ojos y me los tallo tratando de eliminar la fatiga en ellos, observo a mi papá pegado al teléfono con una sonrisa que siendo honesta, no he visto desde hace tiempo y la curiosidad me invade.
- ¿con quien hablas? – llamo su atención haciendo que borre su sonrisa y nuevamente el nerviosismo invada su cuerpo.
- Con tu tío Max – comenta luego de observarme unos minutos en silencio. Asiento a sabiendas que me miente y observo por la ventanilla del avión percatándome de que estamos aterrizando.
Observo el aeropuerto que me conozco casi de memoria y comprendo que vinimos a casa de mi abuela y me entusiasmo, puesto que hace casi tres meses no la veo.
…
El trayecto a casa de mi nona se hace corto, apenas el coche frena, abro la puerta para salir corriendo hacia la puerta, pero la mano de mi padre me detiene.
- Tenemos que hablar – sentencia y mi pulso se acelera.
- Me estas asustando ¿Le ocurrió algo a la nona?
- Tu abuela esta bien, pero… - suspira – entremos a la casa y hablemos más tranquilos.
Bajo del coche y espero mi valija, cuando la tomo, me dispongo a caminar, pero una sensación extraña me recorre de los pies a la cabeza y se intensifica cuando una chica mas chica que yo corre a los brazos de mi padre y este la recibe con tanto amor.
- ¡Papito!