Capítulo 9. Los escoltas de los príncipes

2040 Words

Tal y como lo prometió la reina, los príncipes fueron liberados a la hora del desayuno. Debido a la conmoción de la noche anterior, Brett no tuvo apetito para cenar y, durante la mañana, devoró todo lo que tenía por delante con tal rapidez que impresionó a su dama personal. - ¡Cuidado, alteza! ¡Puede atragantarse! – le aconsejó su dama. Brett tomó la taza de leche para hacer pasar los alfajorcitos que había tragado casi sin masticar. Luego, tomó aire y exclamó: - ¡Todo está delicioso! ¡Gracias por la comida! La dama no evitó sonreír ante la forma en que el príncipe disfrutaba del desayuno y le agradecía por el trabajo de servirlo personalmente. Pero en lugar de hacer algún comentario, solo atinó a hacer una reverencia y retirar los restos de comida para limpiar la habitación. Cer

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