Capítulo 4 - Lilah

1122 Words
No quería estar ahí, pero Logan sentía la necesidad de explicar y no iba a escapar de que lo hiciera y yo lo sabía, así que me senté y lo dejé decir lo que necesitaba. Conocía a mi Logan... Aunque parecía que ya no era mi Logan, no con una pareja afuera; pero aún así lo conocía de todos modos, y parecía estar luchando tanto como yo con esa situación. Aunque, seguramente el hecho de haber encontrado a su pareja debía ayudar con eso. Solo quería que la tierra me tragara entera. He amado a ese chico durante años.. Le conté todos mis secretos, crecí con él, compartí mi primer beso con él, me divertí con él. ¡Oh! ¡Gracias a la Diosa! ¡Gracias a la Diosa que nunca fuimos más lejos asumiendo que éramos pareja! Un pequeño sentimiento de alivio me invadió, esperar hasta tener nuestros lobos antes de llevar nuestra relación al siguiente nivel claramente fue lo correcto. Aunque dormir con alguien que no era tu pareja no era raro, definitivamente estaba mal visto por muchos. Siempre había imaginado mi primera vez con mi pareja, la había imaginado con Logan, porque pensé que era mi pareja, ¡qué equivocada podía estar! Lloré de nuevo. ¿Qué tan equivocados estábamos todos? —Lo siento, Lilah, pensé que serías tú, realmente lo pensé, todos lo hicimos. No podía esperar a verte esta mañana, estaba esperando a que vinieras a verme, papá hizo lo que mejor sabe hacer y me arrastró a la casa de la manada con él, así que estaba relajado en el salón —comenzó a explicar —. Any estaba aquí con su papá, ya que venía para trabajar, en cuanto ella entró, mi lobo estaba gritándome, Lilah, pensé que debías haber entrado. Te estuve buscando por todas partes. Parecía angustiado mientras explicaba la escena. Su respiración se aceleraba mientras describía la escena para mí. —Lilah, mis ojos iban de un lado a otro de la habitación, esperando verte, agarrarte y gritar pareja, y ver tu sonrisa cuando finalmente pudiera hacer eso, ¡pero no te veía! Estaba tan desesperado, cariño —su respiración se dificultaba a medida que explicaba, su pánico por la situación era evidente en su voz —. La única chica en la habitación era Any no tenía idea de lo que sentía, se acercó a mí sonriendo, y me abrazó mientras me deseaba feliz cumpleaños y mi cuerpo estaba lleno de extrañas chispas, ya sabes, las que te dicen. Mi lobo estaba gritando "pareja", pero también se me estaba rompiendo el corazón, Lilah, se estaba rompiendo porque no eras tú. Estaba sentada mirándolo, lágrimas ahora cayendo por nuestros rostros, por lo que había descrito. ¿Cómo podía ser el destino tan cruel? —Loge, está bien, solo para, no quiero saber los detalles —suspiré, dudando de si podría soportar escuchar más. Mi futuro entero se había desintegrado literalmente frente a mí, mi futura pareja no era mi pareja. ¿Cómo pudo estar todo el clan tan equivocado? ¿Podría nuestra conexión ser puramente a través de la amistad y no ser un enlace a través de ser parejas destinadas como creíamos? ¿Cómo leímos todo eso tan mal? Tenía que acostumbrarme a verlo con otra persona. Debíamos detener todo lo nuestro. —Lilah, sabes cuánto te amo —Logan buscó mi rostro, de una manera que conocía demasiado bien, significaba que quería besarme, de una manera que sabía que me encantaba. —¡DETENTE! —grité, alejándome un poco —. No debemos estar haciendo esto, ahora tienes una pareja. No podemos estar juntos ahora, sabes eso. ¡Estabas besando a Any hace un minuto, Loge! —Cariño, lo siento —Logan sollozó, bajando la mano de mi rostro para luego levantarla de nuevo y así pasarla por los rizos de su cabello castaño. Lo hacía con desesperación. —Lilah, no puedo evitar esto. Te amo, desde siempre, lo sabes, no puedo simplemente apagar eso. Pero ahora quiero a Ani también, mi lobo quiere a Ani, el vínculo de pareja me está atrayendo hacia ella, gritando por ella, te atrae de una manera que no puedo explicar, pero aún es difícil, cariño, yo... —Deja de llamarme cariño —lo interrumpí, tratando de sonar más fuerte de lo que realmente me sentía —, ya no soy tu cariño, Logey, también te amo. Y sé que esto no es culpa tuya, el destino no salió como pensamos que saldría, pero ya no podemos hacer esto. Ahora debes enfocarte en tu pareja, la manada cuenta contigo, lo sabes, y tus padres esperarán cosas de ti y de ella como futuros Alfa y Luna. Solo decir eso estaba rompiendo mi corazón en pedazos, pero necesitaba hacerlo, tenía que hacerlo. Maldición, eso dolía tanto y no, no sabía cómo se sentía el vínculo de pareja, ni siquiera quería pensar en una pareja ahí afuera, mi corazón aún era de Logan. Siempre lo había sido, aún era suya. No sabía cómo iba hacer esto, tomaría un tiempo asimilarlo todo. Sollocé en silencio de nuevo, mientras mi cerebro procesaba mis pensamientos y los eventos que acababan de suceder, odiaba todo lo sucedido, odiaba cómo el destino puede arruinarte. Logan estaba de nuevo a mi lado, abrazándome, presionada contra su pecho. Podía sentir el familiar latido de su corazón. También podía sentirlo sollozando, en el fondo sabía que eso no era culpa suya, pero él tenía una pareja que lo ayudaría a asimilar la situación, mientras yo estaba sola. Mi cabeza estaba tan confusa. Logan levantó mi mentón con su mano y sentí sus labios alcanzar los míos, el beso que había esperado desde anoche ahora teñido de tristeza y amargura, desesperación allí, mientras él me besaba con pasión y amor, mientras las lágrimas corrían por nuestros rostros. No debimos estar haciendo eso. Mi cerebro intentaba reaccionar. Él tenía una pareja, pero ese era mi Logan. Aún lo amaba. Sentí su lengua separar mis labios para abrirse paso hacia mi boca, mientras nos besábamos, mi lengua entrelazándose con la suya de esa manera familiar, mientras él comenzaba a mordisquear mi labio inferior, pude saborear la salinidad de nuestras lágrimas mezcladas. ¡BOOM, BOOM, BOOM! Un golpe en la puerta nos hizo volver a la realidad. —¡LOGAN! —escuché la voz del Alfa Grayson penetrar a través de la madera de la vieja puerta de la oficina. Logan me miró culpablemente. —Lilah, lo siento, no debería haber... No necesité escuchar más, sabiendo que lamentaba sus acciones, agarré mi bolso, ajusté mi ropa, me sequé las lágrimas de la cara y salí de la oficina. Reconociendo brevemente al Alfa mientras me iba. —Hola, tío.
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