Nos acercamos a las puertas de la frontera y nos encontramos con un guardia. Lilah habló con él, claramente era amiga suya, riendo mientras explicaba que habían estado en casa de unos amigos en la ciudad y se habían quedado más tiempo del planeado, así que su primo les estaba llevando de vuelta. El guardia sonrió y parecía creer su historia, nos dejó pasar sin problemas, afortunadamente, porque honestamente no tenía energías esa noche. Lilah dirigió a Dom hacia la casa que supongo era la de Rae, mientras intentaba despertar a Rae y Lexi de su profundo sueño. Eso iba a ser divertido. Llegamos a una antigua cabaña de ladrillos rojos con un manzano en el jardín, y ahora la diversión iba a comenzar, ya que ni Lexi ni Rae mostraban señales de despertar. Miré a Lilah en busca de ayuda. —Rae