Kyle observaba a Caín quien llevaba media hora en la misma posición. Estaba sentado en el sillón desde que no pudo impedir que se llevarán a Layla, el chico parecía estar en trance. -Caín... -lo llamó el pelirrojo. El chico fijó su vista en Kyle, sus ojos azules se veían apagados. Se sentía molesto consigo mismo, no había podido hacer nada por la única persona que se preocupó por el. Había tenido que dejarla ir sin hacer siquiera un gesto, prácticamente se la había entregado y eso le estaba matando. -Iré a buscarla. -murmuró. -¿Estás loco? Podrías causar que tomen represalias contra Lian o Layla, quien sabe quizás contra ambos. -respondió Kyle. -¡De igual manera están en peligro con ese imbécil! -Estamos solos... No tenemos apoyo de nadie Caín. -le recordó su amigo. -Pero podemo