Layla finalmente llegó a su piso y tomó una gran bocanada de aire. Estaba toda sudada y aún no se recuperaba del intento de ejercicio que había echo en la mañana.
Tomó sus llaves y cuando intento abrir la puerta, sintió como alguien subía por las escaleras. Volteó asustada pensando que podía ser David pero por suerte era sólo Kyle que venía con bolsas del supermercado.
-¡Hola Layla! -saludó energético el pelirrojo.
-Buen día, Kyle. -respondió ella sonriendo.
-Oye hoy haremos tarde de películas con el idiota, aunque claramente son películas de acción y terror. -explicó el y ella asintió confundido.- Puedes unirte a nosotros si quieres.
-Oh vaya, gracias. -contestó ella.- Me lo pensaré.
El le dio un guiño y entró al departamento de Caín. La castaña ingresó a su departamento y prácti
