—No voy a seguir discutiendo este tema. — hablo Julián tajantemente. —Pero yo sí. — le respondió June. — no puedes vigilarme las 24 horas del día Julián, y tampoco puedes poner a tus hermanos a estar detrás de mí como si fuera una especie de una niña. —Puedo y ya lo hice, no vas a quedarte sola más nunca, al menos hasta que no atrapen a ese lunático tipo que está detrás de ti, además no puedes caminar, tienes prohibido apoyar la pierna durante dos semanas, así que ni pienses que voy a dejarte aquí sola. —Pero necesito ir a la oficina. — Él la observo lleno de furia, parecía que sus ojos se saldrían de sus cuencas echando humo. — ¿Quieres matarme? ¿O quieres morir? Debe ser una de las dos porque estás loca si piensas que te voy a llevar a esa maldita oficina donde casi te matan, de verd