POV. Eveline Lavar platos resultaba agotador, además que no es una tarea fácil ya que debo ser cuidadosa con las vajillas. Temía que se resbalara de mis manos, romper una me costaría dos meses de salario y por lo visto no eran cualquier vajillas. De hecho, parece costar más que mi sueldo. Las coloco en su lugar, he terminado luego de la montaña de platos sucios que habían en el fregadero. Sacudo mis manos mojadas secándolas en el delantal que llevo puesto, ese que tiene bordado el nombre del restaurante. Salgo de la allí dirigiéndome a la parte trasera del lugar, dónde la mayoría de los empleados suelen venir a tomar un poco de aire por lo caluroso que es estar tanto tiempo en la cocina. Me percato de Danna que conversa con otros compañeros de trabajo, parecen estar en una charla interes